Horizontes. Revista
de Investigación en Ciencias de la Educación
https://revistahorizontes.org
Volumen 8 / N° 32 / enero-marzo 2024
ISSN: 2616-7964
ISSN-L: 2616-7964
pp. 251 – 262
El uso del WhatsApp y el trabajo
colaborativo en el contexto de la COVID-19
The use of WhatsApp and collaborative work in the context of COVID-19
O uso do WhatsApp e o
trabalho colaborativo no contexto da COVID-19
Dency Anadeli
Díaz Arévalo1
dencar1234@gmail.com.pe
https://orcid.org/0000-0002-0934-7831
Beder Bocanegra
Vilcamango2
bbocanegra@unprg.edu.pe
https://orcid.org/0000-0002-4157-265X
Franklin Edinson
Terán Santa Cruz2
fteran@iunprg.edu.pe
https://orcid.org/0000-0002-3197-7979
Oliver Vásquez Leyva3
c18932@utp.edu.pe
https://orcid.org/0000-0003-4425-0688
Rafael Cristóbal García Caballero2
rgarciac@unprg.edu.pe
https://orcid.org/0000-0002-0951-6826
Luis Manuel Suclupe Quevedo1
squevedolm@ucvvirtual.edu.pe
https://orcid.org/0000-0002-2917-6320
1Universidad Cesar Vallejo. Pimentel, Perú
2Universidad Nacional Pedro Ruiz Gallo. Lambayeque, Perú
3Universidad Tecnológica del Perú. Chiclayo, Perú
Artículo recibido 6 de
noviembre 2022 | Aceptado28 de noviembre 2022 | Publicado 10 de enero 2024
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https://doi.org/10.33996/revistahorizontes.v8i32.720
RESUMEN
Este
estudio se centra en la aplicación de WhatsApp como
recurso tecnológico crucial para el desarrollo cognitivo y el trabajo
colaborativo durante la pandemia de COVID-19. La investigación, de naturaleza socioeducativa
y etnográfica, tiene como objetivo evaluar la utilidad de WhatsApp
en el trabajo colaborativo de estudiantes en diferentes contextos. La muestra
comprende 2406 docentes de 611 instituciones educativas. Durante el año escolar
2020, WhatsApp desempeñó un papel destacado como
soporte tecnológico esencial en el proceso educativo de los escolares. Se
empleó el análisis documental, centrándose en los mensajes de WhatsApp, como método principal. Los resultados revelan que
el trabajo colaborativo se destaca como una característica fundamental en el
proceso formativo, facilitando la interactividad y la sinergia entre docentes y
estudiantes. La conclusión principal es que, dadas las circunstancias de
aprendizaje remoto y la limitación de recursos, WhatsApp
se convirtió en el recurso óptimo para fomentar el trabajo colaborativo.
Palabras clave: Trabajo
colaborativo; WhatsApp; Aprendizaje; Educación;
COVID-19
ABSTRACT
This study focuses on the application of WhatsApp
as a crucial technological resource for cognitive development and collaborative
work during the COVID-19 pandemic. The research, socio-educational and
ethnographic in nature, aims to assess the usefulness of WhatsApp
in collaborative work of students in different contexts. The sample comprises
2406 teachers from 611 educational institutions. During the 2020 school year, WhatsApp played a prominent role as an essential
technological support in the educational process of schoolchildren. Documentary
analysis, focusing on WhatsApp messages, was used as
the main method. The results reveal that collaborative work stands out as a
fundamental characteristic in the formative process, facilitating interactivity
and synergy between teachers and students. The main conclusion is that, given
the circumstances of remote learning and limited resources, WhatsApp
became the optimal resource to foster collaborative work.
Key words: Collaborative work; WhatsApp; Learning; Education; COVID-19
RESUMO
Este estudo enfoca a
aplicação do WhatsApp como
um recurso tecnológico crucial para o desenvolvimento cognitivo e o trabalho
colaborativo durante a pandemia da COVID-19. A pesquisa, de
natureza socioeducacional e etnográfica, tem
como objetivo avaliar a utilidade do WhatsApp no
trabalho colaborativo dos alunos em diferentes contextos. A amostra é composta
por 2406 professores de 611 instituições de ensino. Durante o ano letivo de
2020, o WhatsApp desempenhou
um papel de destaque como um suporte tecnológico essencial no processo
educacional dos alunos. A análise documental, com foco nas mensagens do WhatsApp, foi usada como método
principal. Os resultados revelam que o trabalho colaborativo se destaca como
uma característica fundamental no processo educacional, facilitando a
interatividade e a sinergia entre professores e alunos. A principal conclusão é
que, dadas as circunstâncias de aprendizagem remota e recursos limitados, o WhatsApp se tornou o recurso ideal
para promover o trabalho colaborativo.
Palavras-chave: Trabalho
colaborativo; WhatsApp; Aprendizagem;
Educação; COVID-19
INTRODUCCIÓN
El mundo globalizado, cada día,
conduce a la sociedad a nuevos desafíos y a un amplio conocimiento, que exige
aprender y desaprender. La necesidad de interacción entre el docente y el
alumno es siempre la recurrencia natural e inmediata, porque las consultas o
preguntas de los estudiantes no tienen límite y, evidentemente, reflejan muchas
necesidades en el contexto de la educación a distancia. Esto implica, y
conlleva al docente, ser el mediador del aprendizaje, al buscar nuevos
elementos que ayuden a fortalecer el trabajo pedagógico. El estudio pretende
valorar la utilidad de la aplicación de WhatsApp en el trabajo colaborativo.
Para ello, se consideran las evidencias de los docentes del departamento de
Amazonas, pero, además, se contrasta con los resultados planteados en los
artículos identificados. Este análisis es muy pertinente, porque define tanto a
la aplicación de WhatsApp como la naturaleza del trabajo colaborativo, ambas
como categorías de análisis, por lo que se abordan los seis atributos que se presentan
a continuación.
Siempre se ha juzgado que el rol del
docente y la responsabilidad de los escolares perviven en constante dinamismo,
donde la capacidad del profesional debe estar al servicio de las necesidades de
los estudiantes, y estos deben mostrar su mejor posibilidad para aprender. En
este sentido, se puso en contraste el papel de la naturaleza de la estrategia
(1) del docente para encarar el aprendizaje remoto, sabiendo que el aislamiento
social fue una dura decisión política ante la COVID-19. Sin embargo, el trabajo
colaborativo no ha sufrido significativos cambios a sus propósitos, porque el
WhatsApp se convirtió en el medio tecnológico que permitió identificar la
característica (2) singular de aprendizaje y el empoderamiento de capacidades del
docente. Estos dos atributos resultaron atrayentes desde el manejo de conceptos
hasta el sentido operacional en contextos difíciles, como la educación remota.
Desde otra perspectiva simbiótica, se ha identificado que el trabajo
colaborativo ha generado una fuerte interactividad (3) entre los miembros de la
escuela, porque al menos 28 571 escolares accedieron a la aplicación de una
población de 30 842, lo que representa el 92.63 %.
A ello se suma que los factores que
negaron la interactividad son ajenos a las motivaciones de los escolares, toda
vez que ha sido recurrente la falta de empleo. Además de ello, se ha registrado
que al menos el 81 % de los escolares han comprometido el rol de los padres,
porque, en algunos casos, ellos enviaban las evidencias. El 11 % de los
escolares ha desarrollado la autonomía mediante el uso del WhatsApp. Seguido de
este proceso, el trabajo colaborativo, con relación al uso del WhatsApp, no ha
sufrido cambios negativos, porque el nivel sinérgico de la didáctica (4), como
factor para el aprendizaje, se ha desarrollado al considerar que la
comunicación se ha producido en todos los niveles.
Además, es importante reconocer que
el WhatsApp, con relación a las formas de aprender, se convirtió en la
distancia más corta, porque fue la instancia recurrente (5) para no abandonar
los estudios. Aunque el trabajo colaborativo se apoyó en los padres de familia
o cualquier miembro que acompañaba al estudiante, el WhatsApp fue el mejor
aliado. Finalmente, se desarrolló el control de sí mismo (6) de modo
progresivo, en la medida en que el tiempo exigía nuevas formas pertinentes para
redefinir el rol de cada uno. A modo de conclusión, se debe indicar que el
trabajo colaborativo es, en esencia, una estrategia versátil, porque se adecua
a contextos difíciles, donde el desempeño individual puede enriquecerse con la
tecnología, como la utilidad del WhatsApp.
METODOLOGÍA
En el desarrollo de la metodología,
el estudio socioeducativo y etnográfico sobre el uso de WhatsApp en la
provincia de Utcubamba se llevó a cabo en una secuencia lógica y ordenada.
Primeramente, se estableció la naturaleza del estudio como socioeducativo y
etnográfico, con el objetivo de describir el uso de WhatsApp en la provincia de
Utcubamba. Bajo la fundamentación teórica en que la validez y universalidad de
las representaciones mentales están respaldadas por la capacidad innata de
razonar universalmente (Packer, 2018). La sinergia entre docente y estudiante
se consideró crucial para el desarrollo humano, con WhatsApp como aliado en
este proceso. En cuanto al diseño del estudio la investigación incluyó una
muestra de 2406 docentes de 611 instituciones educativas en Utcubamba. El
enfoque principal fue el monitoreo y acompañamiento a los escolares a través de
WhatsApp. La colaboración de docentes de siete distritos (seis rurales y uno
urbano) fue esencial. Se destacó la importancia del distrito más lejano, donde
los medios de comunicación no eran ideales y se requería un viaje de tres horas
desde la ciudad a través de una trocha carrozable de difícil acceso.
En cuanto a la técnica de recolección
de datos el análisis documental se seleccionó como la técnica adecuada para
caracterizar y describir la naturaleza de la comunicación entre docentes y
escolares. Se puede destacar que el acceso a la información no presentó
inconvenientes debido a la disposición de los docentes, cuyo tiempo y espacio
fueron vulnerados por las necesidades de los escolares. La información se
recogió al azar, considerando las 611 instituciones educativas dispersas en
toda la zona geográfica. Se enfocó en determinar el comportamiento de docentes
y escolares dentro de la jurisdicción de la UGEL de Utcubamba.
Se establecieron seis dimensiones
para el análisis: capacidades docentes, calidad y calidez del lenguaje, calidad
de retroalimentación y acompañamiento, sincronía y diacronía en la atención a
los grupos, y prevalencia del trabajo colaborativo. Los hallazgos fueron
presentados de manera detallada, abordando cada dimensión. Se derivaron
conclusiones que reflejaron la eficacia y desafíos del uso de WhatsApp en el
contexto educativo de Utcubamba. Se proporcionaron recomendaciones para mejorar
la implementación de WhatsApp y se sugirieron áreas para futuras
investigaciones en el ámbito socioeducativo y etnográfico.
HALLAZGOS Y DISCUSIÓN
Todos los
procesos formativos en los que se compromete el ser humano son complejos y
afectan indistintamente. Uno de los primeros escenarios es la escuela. En todos
los contextos en los que se desarrolla el sistema, la escuela ha sido, tal vez,
el espacio silencioso que ha soportado todos los cambios brutales de la
pandemia. El otro escenario ha sido, y aún es, la familia, en el entendido de
su propia constitución social. Dos espacios con marcados hitos y precedentes, y
que siempre se han mirado con confianza. Si se trata de la escuela, se ha dicho
que no siempre es la respuesta directa a las necesidades de la sociedad.
Hace un tiempo
atrás se hablaba de Orientación y Bienestar del Educando (OBE). Posteriormente,
se incluyó el área de Tutoría, ejercicio de origen normativo con el que nació
la Tutoría y Orientación Educativa (TOE). Estas formas de hacer educación
denotan un esfuerzo significativo, pero define que las acciones corporativas o
cooperativas han sido la recurrencia desde el Ministerio de Educación (MINEDU),
con la finalidad de acompañar, en el proceso formativo, a los escolares.
Operacionalmente, el MINEDU ha sido, de forma progresiva, un ente con ideas
convergentes para mejorar los procesos bajo la idea sustentada en el trabajo
mancomunado. Técnicamente, y con el tiempo, esta categoría ha cobrado singular
importancia, sobre todo con incidencia en algunas formas de convivencia en
tiempos anteriores a la COVID-19.
Todas las
ocurrencias, desde marzo de 2020, comprometieron el rol de los agentes educativos,
a fin de comprender la magnitud de la pandemia y las necesidades que surgieron
estrepitosamente. Una de ellas fue, y aún es, la conectividad y cómo encararla,
porque se sabe que el desarrollo autónomo de los escolares aún es frágil, ya
que se acusa a la hegemonía de la heteronomía antes que a la misma autonomía.
Es bastante conocido que el privilegio de la autonomía no alcanza a la
población escolar y, por ello, se convirtió en una enorme debilidad para
encarar los procesos formativos con el programa Aprendo en casa. Tanto los docentes como los estudiantes de
cualquier nivel educativo tuvieron que asegurar mecanismos de aprendizaje desde
la virtualidad.
Las necesidades
para aprender y enseñar originaron que los docentes y los estudiantes
redescubrieran que el aprendizaje sería una manifestación de la incertidumbre
para explicar “cómo se aprende con la COVID-19”. La respuesta es bastante
conocida, porque las herramientas digitales y las aplicaciones sirvieron, y
sirven, de plataforma. Este, tal vez, sea el único medio de vinculación que
sirva de soporte para aprender en condiciones poco adecuadas. En este sentido,
se entiende que las formas de aprender son variadas y muy útiles, porque “es
más sencillo acercar al alumno a través de medios que utiliza cotidianamente al
aprendizaje y la comunicación” (García, 2020), que estar frente a los
estudiantes en contextos que, muchas veces, son complicados en la presencialidad. En las citas antes mencionadas, el 81 % y
el 11 % ha demostrado que el trabajo colaborativo ha permitido desarrollar
capacidades.
Los escolares
perdieron la noción de cercanía entre ellos para aferrarse solo a la aplicación
de WhatsApp. Así, generaron expectativas mediante las
evidencias que enviaban a los docentes. Sin embargo, surgieron mecanismos
adyacentes que definieron el rol de algunas formas, como el trabajo
colaborativo mediante la organización de grupos de WhatsApp
(GW). Por ejemplo, ha sido recurrente que los docentes tengan a alumnos
organizados en grupos (Figura 1).
Figura SEQ
Figura \* ARABIC 1. Es evidente que las capacidades del docente permitieron
el despliegue para atender a todos los grupos de WhatsApp.
Figura 1. Organización del WhatsApp.
En este
sentido, surge la necesidad de reconceptualizar el
entorno de las aproximaciones conceptuales, porque se sabe, y es bastante
conocido, que el trabajo colaborativo es “una estrategia didáctica que
contribuye al desarrollo de habilidades y competencias comunicativas y de
interacción social en estudiantes” (Guerrero et al., 2018). La idea ofrece solo
una antítesis al desarrollo de las habilidades en el contexto de la COVID-19,
porque estaban vigentes las competencias comunicativas, pero sin conectividad y
sin los procesos de retroalimentación del docente, ¿cómo se puede configurar el
sentido del trabajo colaborativo en el contexto de pandemia?
Lo cierto es
que los escolares y universitarios han sido capaces de desarrollar sus propias formas de aprender. Si bien el Google Meet era casi un secreto y de uso exclusivo de los
docentes, pronto fue parte de la solución y tuvo sentido pragmático para el
desarrollo de habilidades.
Este hallazgo
esclarece que el aprendizaje en un contexto adverso genera la autonomía en una
situación real para aprender
o, por lo menos, estar vigente con las evidencias. Por eso, este estudio intenta
demostrar que el trabajo colaborativo se ha mantenido en su estado conceptual
durante la pandemia. De este proceso se deduce que el desarrollo de habilidades
y capacidades no depende del docente, sino que se trata de que las genere.
Cuando se habla de “aprendizaje significativo” se cree que el docente es el
responsable, pero la COVID-19 ha sido un factor para sostener todo lo
contrario, porque muchos estudiantes descubrieron que las aplicaciones fueron
muy útiles y estaban frente a sus propias habilidades, con las que competían
con los docentes.
Como se ha
sostenido siempre, el perfil de los estudiantes tiene o debe desarrollar
ciertas características, en correspondencia con el Currículo Nacional de
Educación Básica (CNEB). Desarrollar 31 competencias es el enorme reto para
comprender que el aprendizaje es el verdadero espacio para el desarrollo
personal de los protagonistas. Sobre el trabajo colaborativo existe una gran
diversidad de conceptos y todos pueden ser muy útiles por su aporte al proceso
educativo; sin embargo, ¿puede existir el mismo concepto antes y después de la
pandemia? Esto, sobre todo, cuando se entiende “como un conjunto característico
de dos o más personas que interactúan dinámica y adaptativamente con respecto a
una meta, objetivo, misión, etcétera” (Galindo, 2015). Es importante el
constructo que ofrece el autor al señalar que se trata de la adaptación; sin
embargo, antes de la pandemia, los integrantes se adaptaban a sí mismos y a las
características que cada equipo ofrecía.
La pandemia
generó más de un estímulo para que los escolares y universitarios se “puedan
adaptar” al aislamiento social, a la idea de contar con un solo equipo móvil, a
la convivencia forzada con la misma familia, a las condiciones propias del
hogar. En esta misma idea, las condiciones de adaptabilidad también se
relacionaron con los GW, al reconocer que fue (y es) la única aplicación para
trabajar de modo colaborativo. En este sentido, Lizcano et al., (2019)
consideran que las acciones orientadas al trabajo colaborativo no requieren de
los mismos procesos que en la educación presencial, porque las condiciones se
limitaron a una aplicación. Encarar los procesos de aprendizaje mediante
aplicaciones implica “comprender” todo el marco teórico que conduce a pensar
que el aprendizaje colaborativo pierde vigencia o sufre mutaciones como para
volver a resignificar algunas ideas, conceptos,
teorías, percepciones, enfoques, etc., sobre todo si se sabe que todo tipo de
aprendizaje conduce al desarrollo de los procesos cognitivos en cualquier
contexto.
La magnitud de
los efectos después de la normatividad establecida por el MINEDU fue otra, en
tanto se entiende que los estudiantes vivieron una experiencia que no puede
compararse con otra, porque no es lo mismo el recreo (periodo de 15 minutos
para actividades recreativas y fisiológicas) que vivir en la «encerrona», antes
que ser parte de la estadística. Los GW se formaron de manera progresiva, con
la finalidad de entender el rol de los estudiantes, sin comprender que el
trabajo colaborativo es una necesidad a todas luces. Después de todo, recibir
las evidencias de 40 escolares en educación primaria o 480 estudiantes en
educación secundaria también fue un reto para el docente, porque cada uno de
ellos tuvo que organizarse, al menos, en cinco grupos de WhatsApp,
es decir, ser parte o dirigir los grupos de padres de familia, los estudiantes,
los docentes, los directivos, la UGEL, el personal administrativo, etc.
Esta adecuación
abrupta y obligatoria hizo que la aplicación de WhtasApp
se convierta en el perfecto aliado para el proceso de aprendizaje. Sin embargo,
“la colaboración conlleva tres elementos indispensables: la interactividad de
quienes colaboran en un ambiente de intercambio horizontal; la sincronía de la
interacción, al asumir una posición hacia el logro común de un objetivo, y la
negociación como un proceso continuo” (Guerrero et al., 2018). En este sentido,
se debe considerar que los estudiantes vivieron la más grande experiencia de
aprendizaje, porque debieron reaprender que el trabajo colaborativo seguiría
siendo el mismo, aunque la interactividad tenga otras características, como el
uso del WhatsApp. El lenguaje también cambió, como
las formas coloquiales (“cuídate”, “a lavarse las manos”) emergieron, así como los stickers, que ayudaron a cambiar el ánimo para que la
interactividad sea más fluida, a fin de mejorar el aprendizaje.
Por otro lado,
era evidente que las comunicaciones telefónicas, como fortaleza para el trabajo
en equipo, pasaran a ser de intercambio horizontal mediante los mensajes
recurrentes. Surgieron formas particulares, como “me dejó en visto”, “me
visteas y no me respondes”, y “solo me visteas”. Estas expresiones se
incorporaron como categorías para ser que el trabajo colaborativo sea
entendible desde todo punto de vista. Las necesidades de cada quien podrían ser
distintas si los integrantes no comprenden que el trabajo colaborativo sigue
siendo el mismo, pero con otro tipo de habilidades frente al uso de la
tecnología.
El proceso de
adaptación al trabajo colaborativo en el contexto de la pandemia ha sido
vertiginoso, porque se disponía de la aplicación de WhatsApp,
salvo que los megas se agotasen. Por lo demás, el tiempo estuvo a disposición
para trabajar de manera colaborativa. Ello también ha permitido que las
relaciones humanas tengan otras características muy ligadas a las formas de
comunicación. Por ejemplo, es recurrente decir “tengo un meet”, “tengo un zoom”, “me envías el link”. En casos extremos, solo se
movilizan desde el dormitorio hasta la sala para sostener el trabajo en equipo.
Entonces, ¿qué ha cambiado? Todas las formas de existir en el contexto de la
pandemia han permitido comprender que “la conectividad es la sinergia didáctica
entre el talento humano del docente y los recursos a disposición, donde uno es
protagonista, pero, al mismo tiempo, se subordina al papel de la tecnología”
(Bocanegra, 2020).
La inclusión
del WhatasApp fue obligatoria, porque se convirtió en
una necesidad. Pasó de ser “algo accesorio” a ser determinante para el trabajo
colaborativo. Se puede deducir que se convirtió en la aplicación más empleada
durante el año 2020. En algunas instituciones educativas, solo el 7 % de
escolares no accedieron, por no tener la aplicación de WhatsApp.
Con ello se superó el problema de conectividad. De allí que “en la escuela
pública es necesario comprender las condiciones de estudio de cada alumno y,
por ende, las limitaciones de acceso a computadoras, teléfonos celulares e internet”
(Ascencio, 2021). En este sentido, la aplicación de WhatsApp
fue determinante.
El recurrente
uso del WhatsApp tuvo sentido al comprender que el
aprendizaje estaría en peligro, porque las limitaciones siempre fueron las
mismas, con o sin conectividad. Con la pandemia, los límites fueron siempre más
cortos, solo dependía de un link.
Este proceso nunca puso en peligro el aprendizaje, porque aprender es construir
algo nuevo, sin pensar en las condiciones. Por ello, como indica Clemens (2016)
se entiende que “la instancia de aprendizaje que se concreta mediante la
participación de dos o más individuos en la búsqueda de información”, en
cualquier contexto, es aprendizaje colaborativo desde cualquier perspectiva. La
concreción del aprendizaje solo depende del individuo cuando se desarrolla
dentro del mismo. La instancia estuvo al margen de la misma conectividad,
porque los estudiantes siempre demostraron la capacidad para aprender de modo
colaborativo mediante los grupos de WhtasApp, donde
buscaban sin cesar la información.
En cualquier
escenario, se debe entender que el trabajo colaborativo es la sinergia humana
para cumplir los grandes propósitos en favor de su desarrollo, pero, al mismo
tiempo, genera encuentros sinérgicos alrededor del WhtasApp.
No puede negarse que el trabajo de este tipo “implica ceder el control y el
manejo de la información; tolerar tiempos y metodologías diferentes que se
adaptan mejor a los estilos de cada grupo; confiar en las capacidades de los
individuos para interactuar positivamente, respondiendo a consignas preestablecidas”
(Scagnoli, 2006), con la finalidad de consolidar el
aprendizaje en cualquier contexto. El trabajo colaborativo es la manifestación
sociocultural con la que se aprende sin medias condiciones de comunicaciones.
La aplicación de WhatsApp es una herramienta muy
versátil y que se presenta para mejorar el desempeño de los estudiantes.
Discusión
En el contexto de la pandemia,
resultó impresionante identificar el nivel progresivo del compromiso de la
comunidad educativa amazonense. De un total de 611 instituciones educativas,
190 corresponden a educación inicial; 324, a educación primaria, y 91, a educación
secundaria, que forman parte de Educación Básica Regular. En Educación Básica
Alternativa (EBA) fueron cinco instituciones y en Educación Básica Especial
(EBE), una sola institución. Este conglomerado de instituciones educativas
representa el sentido de compromiso durante el 2020. En este proceso
participaron 2406 docentes, con un servicio a 30 842 escolares de toda la
provincia de Utcubamba. Sin embargo, 2311 escolares no recibieron el servicio.
El 92.63 % utilizó, entre otros medios, el WhatsApp, mientras que el 7.49 % no
accedió por el problema de conectividad, ya que el área geográfica es muy
compleja, porque existen siete distritos, de los cuales solo uno es urbano y de
mayor desarrollo económico, y se comunica con Cajamarca y Lambayeque.
La pertinencia de la aplicación
resalta la calidad de la atención, porque brinda varias opciones para el
desarrollo de la retroalimentación y el acompañamiento, mediante grabaciones de
audio, grabaciones de videos, conversaciones grupales, envío de mensajes, envío
de archivos en diferentes formatos. Desde el 15 de marzo de 2020 se produjo el
aislamiento social por mandato presidencial, situación determinante para
comprender que el programa televisivo de señal abierta se debía desarrollar en
el ámbito nacional. Al comienzo fue criticado, por el formato empleado y porque
el desarrollo de los contenidos estaba en manos de actores y actrices. Este
proceso se modificó como un gesto de parte del Gobierno.
Aprendo en casa, como programa, no
fue suficiente, porque los estudiantes deberían ser atendidos por el docente
mediante actividades propias del aislamiento. En este sentido, cobró
importancia el trabajo colaborativo, porque los padres de familia (con énfasis
en las madres) casi siempre contribuyeron mediante la aplicación de WhatsApp.
De este modo, se reconceptualizó la idea de medios y recursos para la enseñanza
y para el aprendizaje. El resultado tangencial a este proceso es que las
capacidades docentes, con relación al número de grupos, fueron valoradas cuantitativamente,
es decir, los grupos de WhatsApp funcionaron bien, porque el docente asumió que
estaba frente a una estrategia cuyo recurso fue muy pertinente: el 100 % de los
docentes desarrollaron actitudes para comunicarse por medio de WhatsApp.
El uso del WhatsApp constituyó una
decodificación y cambio de paradigma para la enseñanza. La necesidad de
utilizar otros medios, como la radio, la televisión local y el equipo móvil, ha
despertado el interés pertinente de usar la tecnología como el WhatsApp, porque
el docente ha desarrollado sus propias competencias digitales y ha asumido que
es el único recurso. Por lo tanto, se juzgan las características de la
aplicación sin disociar el sentido ontológico de la tecnología y sus propias
virtudes. Desde marzo de 2020, el docente vivificó su sentido práctico para
encarar todas las formas posibles y estar pendiente del desarrollo cognitivo y
afectivo de los estudiantes, mediante el acompañamiento y el monitoreo de las
actividades escolares, que buscan siempre que el trabajo colaborativo logre el
aprendizaje significativo.
En este contexto, el trabajo
colaborativo no perdió sus atributos; por el contrario, fue un espacio para
generar sinergia familiar, en la que se respeta su intimidad, porque fueron los
padres quienes, finalmente, reconocieron la labor del docente en tiempo de
pandemia. Otro de los rasgos importantes es la gestión del tiempo, en función
de las propias capacidades, ya que el WhatsApp permitió manejar las actividades
de forma sincrónica, de acuerdo a los horarios establecidos, y asincronía en la
atención al escolar. Esto significa que el docente no tuvo un horario
determinado para atender a los escolares; se dedicó exclusivamente al proceso
de interactuación atendiendo mensajes cuya recurrencia fue significativa.
Si bien se registró que el 7.49 % de
escolares no accedieron a la educación virtual, no pasó lo mismo con los
docentes, porque el 100% lograron comunicarse sin mayores contratiempos por
medio de WhatsApp. Incluso, el envío de información por esta aplicación superó
al uso del correo electrónico, por ser un atributo muy propio del equipo móvil.
De este modo, surgieron dos propuestas: “Proyecto interactivo desde el Google
Classroom: Acortamos distancias y logramos mejores aprendizajes”, de la
Institución Educativa n.º 16606 San José, y “Aplicativo móvil”, de la
Institución Educativa n.º 16957 Jesús Divino Maestro. Ambos proyectos no
representan la necesidad de superar los problemas, sino que es evidente cómo es
que la innovación es emergente en épocas de crisis
(https://www.fondep.gob.pe/red/concursos/cnpie2020). Se añade como resultado la
iniciativa «Me acerco a casa para aprender en familia», de la Institución
Educativa n° 17074, de la cual se extrae el testimonio:
Todos los días por la mañana se envía
un audio al WhatsApp grupal saludando a todos y motivándolos a participar
activamente de la sesión de aprendizaje y se les recuerda los protocolos para
evitar contagiarnos y los acuerdos de convivencia establecidos en equipo; luego
de ello se envía el video de la sesión y las fichas de trabajo al grupo de
WhatsApp; los estudiantes confirman con un emoticón o audio la descarga de su
material, lo que sirve de control para identificar qué estudiantes va ser
necesario llamar a través de sus padres, para saber el motivo por el cual el
niño no está accediendo a la sesión. Un atributo insoslayable es la calidad y
calidez del lenguaje durante la elaboración del mensaje por medio de WhatsApp.
Ha sido muy recurrente el trato del docente hacia el estudiante. Bajo la misma
modalidad de recojo de información, los mensajes fueron acompañados de
emoticonos, tanto de los emisores como de los receptores (Comunicación de S.
Cabrera, 11 de julio de 2020).
En los últimos tiempos, los procesos
formativos en cualquier nivel han desarrollado una serie de características
centradas en aprendizaje, sin dejar de lado el rol del docente; sin embargo, en
el contexto de la pandemia, se ha puesto en cuestión la funcionalidad o
pertinencia de las estrategias o los mecanismos que facilitan el aprendizaje y,
por lo tanto, determinan el estilo del docente en el contexto de la COVID-19.
El docente ha sido protagonista mediante el uso del WhatsApp para no abandonar
a los estudiantes. Por ello, es necesario valorar la utilidad de la aplicación
de WhatsApp en el trabajo colaborativo y como indicador de desempeño docente.
En ese sentido, y al tratar de discutir el encuentro de la capacidad humana y
la versatilidad del WhtasApp, se desprende que, lejos de ser un aporte de la
tecnología, ha contribuido significativamente al trabajo colaborativo como
estrategia.
CONCLUSIONES
El trabajo en equipo, como
característica singular de aprendizaje, ha generado muchas expectativas, porque
el cambio de referencias se ha producido en ambos protagonistas. La interactividad
no ha sido menguada por la no conectividad, y no se descarta algún porcentaje
de ausencia. Sin embargo, la contribución de la tecnología ha favorecido el
trabajo colaborativo. El WhatsApp es una aplicación cuya didáctica ha generado
sinergia para aprender a coordinar por el bien común. Se trata de un recurso de
fuerte impacto en el trabajo colaborativo, porque ha acortado distancias para
el aprendizaje. Si se trata de juzgar las relaciones entre la aplicación y el
trabajo colaborativo, se puede afirmar que el desarrollo de la autonomía se ha
configurado como una posibilidad que se puede manejar desde el aislamiento
social. El control de sí mismo y el desarrollo de la autonomía han sido
constantes y gravitantes en el proceso de aprendizaje en época de pandemia.
La valoración conceptual del trabajo
colaborativo, como constructo que ha permitido el desarrollo de los docentes y
los estudiantes, es significativa, porque el aporte del concepto, como ayuda
didáctica en contextos adversos, se mantiene. La pandemia no ha cambiado el
proceso de aprendizaje de forma negativa, sino todo lo contrario: los
estudiantes han demostrado suficientes recursos para manejarse dentro de grupos
de WhatsApp. El aprendizaje por medio del trabajo colaborativo ha experimentado
una favorable inclusión de la tecnología, tanto para el estudiante como para el
docente. La sinergia creada representa el rol del trabajo colaborativo como
estratega versátil, que no ha perdido su esencia cuando se trata de valorar el
aprendizaje de los involucrados.
Si bien el trabajo colaborativo es
una característica peculiar en el proceso de aprendizaje, se refuerza con la
inclusión del WhatsApp, porque su uso ha mediado en el esfuerzo y las
expectativas de estudiantes y docentes en contexto de pandemia. Ambos
protagonistas han manifestado y valorado el aprendizaje colaborativo como
característica en distintos escenarios, porque su uso ha sido determinante. El
docente, por lo menos, ha tenido que alternar con grupos de trabajo, con la finalidad
de no perder la conexión. Tanto el trabajo colaborativo como la pertinencia del
WhatsApp son categorías complementarias y coadyuvan al proceso de aprendizaje
del estudiante, porque ha sido el recurso tecnológico de acceso rápido e
ineludible para el desarrollo profesional de los docentes, en el sentido de
comprender que se ha generado una sinergia didáctica más que una comunicación
horizontal.
El trabajo colaborativo, mediante el
uso del WhstasApp, es una oportunidad para desarrollar el autocontrol de los
protagonistas. Cada estudiante y docente ha desarrollado sus propias formas
para ser parte del aprendizaje en el contexto de la COVID-19, mediante su
propio desempeño y expectativas.
CONFLICTO DE INTERESES. Los autores
declaran que no existe conflicto de intereses para la publicación del presente
artículo científico.
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