Horizontes. Revista
de Investigación en Ciencias de la Educación
https://revistahorizontes.org
Volumen 8 / N° 34 / julio-septiembre 2024
ISSN: 2616-7964
ISSN-L: 2616-7964
pp. 1495 - 1506
Relación
entre rasgos de personalidad, estilos de aprendizaje y su impacto en el
rendimiento académico
Relationship between personality traits, learning styles and their impact
on academic performance
Relação entre traços de personalidade, estilos de aprendizagem e seu
impacto no desempenho acadêmico
Claudia Noemi Rivera Rojas1
criverar@unfv.edu.pe
https://orcid.org/0000-0001-7265-2727
Analy Solange Matos
Juarez2
amatos@une.edu.pe
https://orcid.org/0000-0001-5919-7619
Valentina Sánchez Chávez3
vsanchezcha@ucvvirtual.edu.pe
https://orcid.org/0000-0001-9001-1261
Paulo Cesar Chiri Saravia2
pchiri@une.edu.pe
https://orcid.org/0000-0003-1123-8201
1Universidad Nacional Federico Villarreal. Lima, Perú
2Universidad Nacional de Educación Enrique
Guzmán y Valle. Lima, Perú
3Universidad César Vallejo. Lima, Perú
Artículo
recibido 11 de abril 2023 | Aceptado 17 de mayo 2023 | Publicado 25 de julio
2024
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artículo en:
https://doi.org/10.33996/revistahorizontes.v8i34.813
Palabras
clave: Personalidad; Estilos de aprendizaje; Rendimiento académico;
Estudiantes universitarios
ABSTRACT
The relationship between personality traits, learning styles, and
academic performance is crucial to understanding how these factors affect
student success. This study aims to identify the level of influence of
personality and learning styles on the academic performance of college
students. A quantitative study with causal correlational analysis was conducted
using a probability sample of 238 students. The Brief Personality Questionnaire
(BPC) and last term grades were used for data collection. The results showed
that 61.3% of the students present a personality at a regular level, 53.7% have
a learning style at a regular level, and 58.8% obtain an academic performance
at a regular level. The conclusions indicate that both personality traits and
learning styles significantly influence academic performance, with a 72.4%
contribution to student performance.
Key words: Personality; Learning styles; Academic performance;
University students
RESUMO
A relação entre traços de personalidade, estilos de aprendizagem e
desempenho acadêmico é fundamental para entender como esses fatores afetam o
sucesso dos alunos. Este estudo tem como objetivo identificar o nível de
influência da personalidade e dos estilos de aprendizagem no desempenho
acadêmico de estudantes universitários. Foi realizado um estudo quantitativo
com análise de correlação causal, utilizando uma amostra probabilística de 238
alunos. Foram usados o Questionário Breve de Personalidade (QBP) e as notas do
último período para a coleta de dados. Os resultados mostraram que 61,3% dos
alunos apresentaram um nível regular de personalidade, 53,7% tinham um nível
regular de estilo de aprendizagem e 58,8% obtiveram um nível regular de
desempenho acadêmico. Constatou-se que tanto os traços de personalidade quanto
os estilos de aprendizagem influenciam significativamente o desempenho
acadêmico, com uma contribuição de 72,4% para o desempenho dos alunos.
Palavras-chave: Personalidade; Estilos de aprendizagem; Desempenho
acadêmico; Estudantes universitários
INTRODUCCIÓN
La personalidad de los estudiantes es un factor crucial en el ámbito
educativo, ya que se define como una organización de características
estructurales y funcionales relativamente estables, tanto innatas como
adquiridas durante el desarrollo. Esta organización conductual única y definida
varía entre individuos y se manifiesta en su comportamiento frente a distintas
situaciones. La estructura de la personalidad no está intrínsecamente asociada
con un valor específico; en cambio, incluye una combinación de características
consistentes y duraderas a lo largo del tiempo, conocidas como "rasgos".
Además, la personalidad involucra otros elementos como la percepción, la
motivación y el estado emocional actual (Mitjana,
2019).
Los rasgos de personalidad son fundamentales para la investigación
conductual debido a su naturaleza dinámica, consistente y persistente. En un
entorno educativo, estos rasgos pueden proporcionar información sobre los
sentimientos, pensamientos y hábitos de los estudiantes, los cuales son
cruciales para su desarrollo y éxito profesional dentro de las instituciones
educativas (Viteri, 2016). Desde la perspectiva psicológica, la personalidad
representa la organización dinámica del sistema psicofísico de una persona, a
través de la cual se adapta de manera única a su entorno. Esta organización es
un proceso de desarrollo e integración; su ausencia puede llevar a la
psicopatología (Torres et al., 2017).
De acuerdo con la American Psychological Association (APA, 2000), la personalidad se define como la
estructura del comportamiento y las características de un individuo,
permitiendo la adaptación a la vida mediante rasgos, impulsos, intereses, autoconceptos, valores, habilidades y patrones emocionales.
La personalidad facilita la predicción del comportamiento, las actitudes, los
valores y los roles de un individuo en función de las características
situacionales. La capacidad de un estudiante para realizar tareas académicas
puede estar influenciada por la expresión de sus rasgos y por los conocimientos
y habilidades adquiridos a lo largo de su vida (Suárez et al., 2016; Santos et
al., 2019).
Por otro lado, los estilos de aprendizaje se refieren a la manera en que
cada estudiante aborda el proceso de aprendizaje de una materia, basándose en
sus experiencias y conocimientos previos (Gómez y Gil, 2018; Molina y Villalva, 2019). Durante la enseñanza, es común observar
que los estudiantes asimilan la información a ritmos diferentes; mientras
algunos comprenden el material con facilidad, otros enfrentan dificultades que
pueden llevar al fracaso en el curso, a un cambio de especialización o incluso
al abandono escolar (Bermúdez et al., 2018). Los estilos de aprendizaje se han
utilizado eficazmente para ayudar a los docentes a desarrollar métodos de
enseñanza más efectivos y para realizar autoevaluaciones después de las clases
(Beltrán et al., 2021).
Éste abarca una variedad de fenómenos y procesos, incluyendo habilidades,
capacidades, autoevaluación, motivación para aprender, autorregulación y
procesos mentales específicos como la memoria y el pensamiento. Estos procesos
se reflejan en estrategias importantes como la toma de notas y la resolución de
problemas, especialmente en la población estudiantil (Fajardo et al., 2020).
En cuanto al rendimiento académico, se refiere a los logros alcanzados
por un estudiante a lo largo de su trayectoria educativa. Este concepto
multifacético no solo explica la calidad y el prestigio de los resultados
obtenidos, sino que también se considera una medida de la eficacia del sistema
educativo en su conjunto, abarcando tanto a docentes como a estudiantes. En
este sentido, varios estudios han demostrado que la implementación de métodos
educativos innovadores, como el aula invertida, puede mejorar el rendimiento
académico en comparación con los métodos tradicionales (Lucena et al., 2019).
El rendimiento académico, como constructo medible y cuantificable, puede
categorizarse de diversas maneras. En un sentido estricto, se refiere a los
parámetros legales y sociales que rodean las calificaciones de los estudiantes,
mientras que, en un sentido más amplio, se relaciona con el éxito, retraso o
terminación de la educación formal (Imig, 2020).
Durante la pandemia de COVID-19, el cambio repentino al aprendizaje virtual
presentó desafíos tanto para estudiantes como para docentes, pero también abrió
nuevas oportunidades para adoptar enfoques de aprendizaje más abiertos,
accesibles y personalizados (Murphy, 2021).
Estudios han explorado la relación entre los estilos de aprendizaje de
los estudiantes y su rendimiento académico. Por ejemplo, Shirazi
y Heidari (2019) en Irán destacan que los estilos de
aprendizaje adaptativos o divergentes estaban significativamente
correlacionados con el rendimiento académico. De manera similar,
investigaciones en China y Argentina revelan que las metas de estatus social y
las estrategias de aprendizaje autorregulado tienen un impacto indirecto en el
rendimiento académico (Wang et al., 2019; Moreno et al., 2019).
En América Latina, la necesidad de fortalecer los procesos de aprendizaje
es evidente, especialmente en la educación superior. A pesar de los avances, la
región sigue rezagada en comparación con Norteamérica y Europa en la adopción
de modelos educativos innovadores (Prensario, 2022).
En Perú, el impacto de la pandemia en la educación superior ha sido
significativo, afectando a cientos de miles de estudiantes cuyas trayectorias
educativas se vieron interrumpidas (Monroy, 2022).
Estudios realizados en Perú han destacado la correlación significativa
entre estilos de aprendizaje y rendimiento académico (Huamán et al., 2021;
Fernández, 2019). En este contexto, es crucial comprender cómo la personalidad
y los estilos de aprendizaje influyen en el rendimiento académico de los
estudiantes, lo que puede contribuir al desarrollo de estrategias educativas
más efectivas. Así, el objetivo de este estudio es determinar la incidencia de
la personalidad y los estilos de aprendizaje en el rendimiento académico de los
estudiantes.
Revisión literaria
Un estudio realizado por el INEI (2019) reveló que solo el 37.7% de los
jóvenes entre 15 y 29 años ha accedido a algún tipo de educación superior en
Perú. Además, según Penta Analytics,
las principales razones detrás del bajo rendimiento académico incluyen
preocupaciones profesionales y problemas emocionales (El Comercio, 2021). Estas
dificultades resaltan la necesidad de intervenciones educativas que no solo
aborden el contenido académico, sino también el bienestar emocional de los
estudiantes.
Por otro lado, estudios recientes han mostrado enfoques prometedores para
mejorar el rendimiento académico. Mamani et al., (2022) descubrieron que el uso
de simulaciones virtuales realistas como recurso didáctico durante la pandemia
de COVID-19 no solo ayudó a gestionar la crisis sanitaria, sino que también
resultó en experiencias de aprendizaje positivas, sugiriendo que estas
estrategias podrían fomentar mejoras en el rendimiento académico.
En cuanto a López y Artuch (2022) llevaron a
cabo una investigación en España para explorar la relación entre
características de personalidad, estilos de aprendizaje y desempeño escolar en
una muestra de 47 alumnos. Los resultados mostraron que la extraversión, el
estilo de aprendizaje pragmático y las estrategias de adquisición de
conocimientos se correlacionaron positivamente con el rendimiento académico,
destacando la importancia de la personalidad y los estilos de aprendizaje en el
éxito escolar.
En México, Cervantes et al., (2020) encontraron que el 58.2% de los
estudiantes prefería un estilo de aprendizaje kinestésico, y que este estilo
estaba relacionado con su rendimiento académico, como se observó mediante un
análisis de varianza. En Colombia, sin embargo, Vivas et al. no
encontraron una relación significativa entre los estilos de aprendizaje y el
rendimiento académico, lo que resalta la necesidad de adaptar las estrategias
educativas a los contextos específicos de los estudiantes.
Huamán et al., (2021) destaca en un estudio con 100 estudiantes y
encontraron que existía una correlación significativa entre los estilos de
aprendizaje y el desempeño universitario, utilizando la prueba de chi-cuadrado y la estadística de correlación Tau-b de
Kendall para medir la asociación entre las variables. Fernández (2019) llegó a
conclusiones similares en su estudio sobre la relación entre estilos de
aprendizaje y rendimiento académico, estableciendo que existe una correlación
significativa entre ambos.
En línea con estos hallazgos, Bazalar (2019)
establece que los estilos de aprendizaje también influyen en el rendimiento
académico en matemáticas, sugiriendo que una buena adaptación de los métodos de
enseñanza a los estilos de aprendizaje podría mejorar el rendimiento escolar en
esta área.
MÉTODO
El estudio se realizó
bajo un enfoque cuantitativo de análisis correlacional
causal, empleando un diseño de campo. La población estuvo constituida por 350
estudiantes de la facultad de educación de una universidad estatal en Lima, y
la muestra se estableció mediante un muestreo probabilístico aleatorio simple,
quedando conformada por 238 estudiantes, con un rango de edad entre 18 y 25
años.
Para la recolección
de datos, se utilizó la técnica de la encuesta y como instrumento el
Cuestionario Breve de Personalidad (CBP) para medir los rasgos de personalidad
de los estudiantes. Este cuestionario consta de veintiséis ítems distribuidos
en cinco dimensiones: Apertura a la experiencia, Extroversión, Amabilidad,
Responsabilidad e Inestabilidad emocional, validado previamente en el estudio
de Nuñez (2021). Para medir los estilos de
aprendizaje, se aplicó un cuestionario de 44 ítems agrupados en cuatro
dimensiones: Estilo activo, Estilo reflexivo, Estilo teórico y Estilo pragmático,
con ítems de tipo Likert, validado en el estudio de Huancapaza
(2019). Finalmente, para evaluar el rendimiento académico se utilizaron las
notas del último trimestre, clasificadas en tres categorías: óptimo, regular y
deficiente.
La encuesta se llevó
a cabo en la universidad, cumpliendo con las normativas correspondientes.
Posteriormente, se aplicaron los cuestionarios, y con las respuestas obtenidas,
junto con las notas del alumnado, se desarrolló una base de datos. El
procesamiento de los datos se realizó utilizando los programas SPSS 25.0 y
Microsoft Excel, determinando las correlaciones entre las variables mediante
regresión logística ordinal.
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
Los resultados obtenidos en el análisis de la variable personalidad de
los estudiantes reflejan una tendencia predominante hacia un nivel regular en
la mayoría de las dimensiones evaluadas. En la Tabla 1, se observa que un 61.3%
de los estudiantes se encuentran en un nivel regular en términos generales de
personalidad. En cuanto a las dimensiones específicas, se encontró que la
apertura a la experiencia presenta un nivel regular en el 56.3% de los
estudiantes, mientras que la extroversión se mantuvo regular en un 60.9%.
Asimismo, la amabilidad y la responsabilidad también mostraron niveles
regulares con un 61.8% y 63.0% respectivamente. La inestabilidad emocional, por
su parte, registró un nivel regular en el 64.7% de los estudiantes, lo que
indica una mayor prevalencia de esta dimensión en comparación con las otras.
Tabla 1. Distribución de datos según la
variable personalidad del estudiante.
|
Personalidad
|
Apertura
a la experiencia |
Extroversión
|
Amabilidad |
Responsabilidad |
Inestabilidad
emocional |
||||||
f |
% |
f |
% |
f |
% |
f |
% |
f |
% |
f |
% |
|
Alto |
48 |
20.2 |
54 |
22.7 |
48 |
20.2 |
59 |
24.8 |
50 |
21.0 |
30 |
12.6 |
Regular |
146 |
61.3 |
134 |
56.3 |
145 |
60.9 |
147 |
61.8 |
150 |
63.0 |
154 |
64.7 |
Bajo |
44 |
18.5 |
50 |
21.0 |
45 |
18.9 |
32 |
13.4 |
38 |
16.0 |
54 |
22.7 |
Total |
238 |
100.0 |
238 |
100.0 |
238 |
100.0 |
238 |
100.0 |
238 |
100.0 |
238 |
100.0 |
De este modo, se evidencia que, aunque la mayoría
de las dimensiones de la personalidad se encuentran en un nivel regular, la
apertura a la experiencia se destaca como la dimensión más elevada entre los
estudiantes, mientras que la inestabilidad emocional es la dimensión que más
baja puntuación obtuvo en comparación con las demás. Estos resultados sugieren
que, si bien los estudiantes presentan una personalidad equilibrada en general,
existen variaciones significativas en aspectos específicos como la apertura a
nuevas experiencias y la estabilidad emocional.
Los resultados obtenidos en el análisis de la
variable "estilos de aprendizaje" reflejan que la mayoría de los
estudiantes presentan un nivel regular en la adopción de estos estilos. La
Tabla 2 muestra que un 53.7% de los estudiantes se identificaron con un estilo de
aprendizaje en un nivel regular. Al desglosar las diferentes dimensiones, se
observó que el estilo activo se presentó con un 56.7% en un nivel regular, el
estilo reflexivo con un 60.9%, el estilo teórico con un 62.6% y el estilo
pragmático con un 62.2%. Esto indica que, aunque todos los estilos de
aprendizaje se desarrollan predominantemente en un nivel regular, el estilo
teórico es el más comúnmente utilizado entre los estudiantes. Por otro lado, el
estilo activo destacó en términos de un mayor porcentaje de estudiantes que lo
presentan en un nivel bajo, con un 19.5% en esta categoría, lo que sugiere que
este estilo de aprendizaje es menos efectivo o menos adoptado en comparación
con los demás.
Tabla 2. Distribución de datos según la
variable estilos de aprendizaje del estudiante.
Estilos
de aprendizaje |
Estilo
activo |
Estilo
reflexivo |
Estilo
teórico |
Estilo
pragmático |
||||||
f |
% |
f |
% |
f |
% |
f |
% |
f |
% |
|
Bueno |
55 |
26.8 |
54 |
22.7 |
48 |
20.2 |
59 |
24.8 |
50 |
21.0 |
Regular |
110 |
53.7 |
135 |
56.7 |
145 |
60.9 |
149 |
62.6 |
148 |
62.2 |
Malo |
40 |
19.5 |
49 |
20.6 |
45 |
18.9 |
30 |
12.6 |
40 |
16.8 |
Total |
205 |
100.0 |
238 |
100.0 |
238 |
100.0 |
238 |
100.0 |
238 |
100.0 |
Los
resultados reflejados en la Tabla 2 resaltan la importancia de adaptar las
estrategias de enseñanza para fomentar un aprendizaje más equilibrado y eficaz,
considerando que el estilo teórico parece ser el más predominante y
posiblemente más cómodo para los estudiantes, mientras que el estilo activo
podría requerir más apoyo o un enfoque pedagógico diferente para mejorar su
efectividad.
Seguidamente
en la Tabla 3, de acuerdo con los datos obtenidos sobre el rendimiento
académico de los estudiantes, se observa que el 58.8% presentó un rendimiento
académico regular. Esto indica que la mayoría de los estudiantes se encuentra
en un nivel que cumple con los requisitos básicos, pero no destaca en términos
de excelencia. Este grupo representa el mayor porcentaje, sugiriendo una
tendencia general hacia un desempeño académico promedio. En contraste, el 22.3%
de los estudiantes mostró un rendimiento académico deficiente, lo cual sugiere
que una parte significativa enfrenta serias dificultades en sus estudios. Este
grupo podría estar experimentando problemas en la comprensión de los
contenidos, falta de preparación adecuada, o desafíos en la adaptación a los
métodos de enseñanza, requiriendo atención y apoyo adicional. Por otro lado,
solo el 18.9% de los estudiantes logró un rendimiento académico óptimo. Este
porcentaje es menor en comparación con los otros dos grupos, indicando que una
proporción relativamente pequeña de estudiantes se destaca significativamente
con calificaciones altas.
Tabla 3. Distribución del rendimiento académico.
Rendimiento académico |
Porcentaje |
Regular |
58.8% |
Deficiente |
22.3% |
Óptimo |
18.9% |
Los datos que fueron presentado en la Tabla 3 destacan una tendencia general
hacia un rendimiento académico que se inclina más hacia lo regular y
deficiente, en lugar de lo óptimo. Esto sugiere que puede ser necesario
implementar estrategias adicionales de apoyo y desarrollo para mejorar el
rendimiento académico de los estudiantes, especialmente en las áreas que
muestran un rendimiento deficiente.
Comprobación de hipótesis
general
Resultados previos a la contrastación de
hipótesis
En la Tabla 4, el modelo que agrupa a las variables personalidad y
estilos de aprendizaje presenta un p-valor mayor a 0.05, por lo que el modelo
es estadísticamente significativo (p > .05) en la predicción de la variable
dependiente (rendimiento académico).
Tabla 4. Información
de ajuste de los modelos.
Modelo |
Logaritmo
de la verosimilitud-2 |
χ^2 |
gl |
p |
Sólo intersección |
30.510 |
|
|
|
Final |
17.235 |
7.000 |
3 |
.052 |
Prueba de
bondad de ajuste del modelo
H0: No hay diferencias entre los
datos observados y el modelo supuesto con ajuste supuesto (p > .05).
Hi: Hay diferencias entre los
datos observados y el modelo supuesto con ajuste (p < .05).
La Tabla 5 proporciona una medida de qué tan
bien el modelo coincide con los datos recopilados. Esto se conoce como la
bondad de ajuste, que indica la similitud entre los datos esperados y los
reales. Si las frecuencias reales y esperadas son similares, entonces el valor
p debe exceder .05 como evidencia de un excelente ajuste del modelo. El modelo
se divide en variables independientes y los resultados son mixtos, con solo un
valor de p superior a .05 (p > .05).
Tabla 5. Bondad
de ajuste del modelo.
|
χ^2 |
gl |
p |
Pearson |
14.324 |
3 |
.115 |
Desvianza |
7.127 |
3 |
.071 |
Prueba de Hipótesis General
H0: No existe
una influencia significativa de la
personalidad, estilos de aprendizaje en el rendimiento académico de los
estudiantes.
Ha: Existe una influencia significativa de la
personalidad, estilos de aprendizaje en el rendimiento académico de los
estudiantes.
Nivel de significancia: α = 0.05
Estadístico de prueba: Regresión logística ordinal
En la Tabla 6, se mostró la dependencia
porcentual de en las variables personalidad y estilos de aprendizaje con el
coeficiente de Nagelkerke. Este coeficiente señala
que el 72.4% de la variabilidad del rendimiento académico es explicado por las
variables independientes. El resto porcentual sería explicado por otras
variables.
Tabla 6. Pseudo R
cuadrado.
|
Cox y Snell |
Nagelkerke |
McFadden |
Pseudo R cuadrado |
.698 |
.724 |
.523 |
Por lo tanto, existe un marcado impacto
combinado de la personalidad y los estilos de aprendizaje en el rendimiento
académico de los estudiantes. Esto lleva al rechazo de la hipótesis nula y a la
afirmación de la hipótesis alternativa, que postula que la personalidad y los
estilos de aprendizaje tienen una influencia significativa en el rendimiento
académico de los estudiantes.
Discusión
El estudio reveló que el desarrollo de la
personalidad de los estudiantes se encuentra predominantemente en un nivel
regular. Entre las dimensiones de la personalidad, la apertura a la experiencia
fue la más alta, mientras que la estabilidad emocional resultó ser la más baja.
En cuanto a los estilos de aprendizaje, se observó que la mayoría de los
estudiantes se ubicaron en un nivel regular, destacando el estilo teórico como
el más utilizado, mientras que el estilo activo presentó un valor más alto en
su nivel bajo.
Estos hallazgos están en línea con los
resultados del estudio realizado por López y Artuch
(2022) en España, que encontró que la extraversión era el rasgo de personalidad
predominante en su muestra. Además, señalaron que el estilo de aprendizaje
pragmático y las estrategias de adquisición también eran comunes. Su
investigación evidenció una correlación positiva y significativa entre la
personalidad, los estilos de aprendizaje, las estrategias y el rendimiento
académico, lo cual resuena con los resultados encontrados en el presente
estudio.
En contraste, el estudio de Vivas et al.,
(2019) en Colombia no halló una relación significativa entre las variables de
personalidad, estilos de aprendizaje y rendimiento académico, incluso en
asignaturas de ciencias exactas, donde el valor de p fue superior a 0.05. De
manera similar, Fernández (2019) concluyó que no existía una relación
significativa entre los estilos de aprendizaje y el rendimiento académico en la
asignatura de Histología Humana, lo que sugiere una discrepancia con los
resultados del presente estudio.
Por otro lado, los hallazgos de Huamán et al.,
(2021) indican una correlación significativa entre los estilos de aprendizaje y
el rendimiento académico en los participantes de una escuela de Sistemas, lo
cual se alinea con los resultados del presente estudio. Este hallazgo también
es respaldado por Bazalar (2019), quien identificó
una relación positiva entre los estilos de aprendizaje y el rendimiento
académico en matemáticas.
El rendimiento académico, que refleja el nivel
de logro alcanzado por los estudiantes a lo largo de su trayectoria educativa,
está influenciado tanto por la personalidad como por las estrategias de
aprendizaje. Estos resultados sugieren que una personalidad más fuerte y el uso
efectivo de estrategias de aprendizaje pueden contribuir a un mejor desempeño
académico. Esto resalta la importancia de considerar estos factores al
desarrollar e implementar intervenciones educativas orientadas a mejorar el
rendimiento académico.
CONCLUSIONES
El análisis del estudio reveló que tanto la personalidad como los estilos
de aprendizaje ejercen una influencia significativa en el rendimiento académico
de los estudiantes, con una dependencia de Nagelkerke
del 72.4%. Este hallazgo subraya la relevancia de estos factores en el
desempeño académico y su impacto en los resultados educativos.
La investigación mostró que la mayoría de los estudiantes presentan una
personalidad a nivel regular, destacando la apertura a la experiencia como el
rasgo más alto y la estabilidad emocional como el más bajo. Esta distribución
indica que, aunque algunos aspectos de la personalidad pueden favorecer el
rendimiento académico, otros, como la estabilidad emocional, podrían
representar áreas críticas que requieren atención para mejorar el desempeño.
En cuanto a los estilos de aprendizaje, se observó que se encuentran
predominantemente en un nivel regular. El estilo teórico se destacó como el
mejor utilizado por los estudiantes, mientras que el estilo activo mostró un
valor más alto en el nivel bajo. Estos resultados sugieren que los estilos de
aprendizaje pueden influir en la forma en que los estudiantes enfrentan sus
estudios, afectando su rendimiento académico de manera significativa.
Finalmente, el rendimiento académico de la mayoría de los estudiantes se
clasificó como nivel regular, lo que refleja una necesidad de intervenciones
que potencien tanto las dimensiones de la personalidad como los estilos de aprendizaje
para mejorar los resultados académicos. Estos hallazgos destacan la importancia
de adaptar estrategias educativas que consideren tanto las características
individuales de los estudiantes como sus métodos de aprendizaje para fomentar
un desempeño académico óptimo.
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