Horizontes. Revista de Investigación en Ciencias de la Educación

https://revistahorizontes.org

Volumen 8 / N° 35 / octubre-diciembre 2024

ISSN: 2616-7964

ISSN-L: 2616-7964

pp. 2373 - 2389

 

 

 

 

 

 

Control de las emociones con el lenguaje artístico en el nivel inicial

 

Control of emotions with artistic language at the initial level

 

Controle de emoções com linguagem artística no nível inicial

 

Elizabeth Molina Chircca

emolinac@ucvvirtual.edu.pe

https://orcid.org/0000-0001-6019-7077

 

Universidad César Vallejo. Lima, Perú

 

RESUMEN

El presente estudio explora el impacto de las representaciones artísticas en el control emocional de los niños del nivel inicial. Se busca identificar las estrategias artísticas empleadas para regular las emociones en el aula, con el fin de mejorar los resultados de aprendizaje y promover un desarrollo integral en los infantes. Se utilizó una metodología de revisión sistemática, empleando la observación y el análisis de documentos obtenidos de bases de datos académicas como Scielo, Redalyc y Scopus. La búsqueda se centró en artículos, tesis y libros relevantes utilizando palabras clave relacionadas con el control emocional y las representaciones artísticas en la educación inicial. Los resultados indicaron que herramientas como la danza, la música y el teatro son efectivas para mejorar el bienestar emocional de los niños. Se concluyó que las expresiones artísticas favorecen el control emocional, promoviendo actitudes positivas como la felicidad, la alegría y el amor en los niños.

 

Palabras clave: Control emocional; Lenguaje artístico; Educación inicial; Arte; Danza; Música

 

ABSTRACT

The present study explores the impact of artistic representations on the emotional control of children at the early childhood level. It seeks to identify the artistic strategies used to regulate emotions in the classroom, in order to improve learning outcomes and promote comprehensive development in infants. A systematic review methodology was used, employing observation and analysis of documents obtained from academic databases such as Scielo, Redalyc and Scopus. The search focused on relevant articles, theses and books using keywords related to emotional control and artistic representations in early education. The results indicated that tools such as dance, music and theater are effective in improving children's emotional well-being. It was concluded that artistic expressions favor emotional control, promoting positive attitudes such as happiness, joy and love in children.

 

Key words: Emotional control; Artistic language; Early education; Art; Dance; Music

 

RESUMO

Este estudo explora o impacto das representações artísticas no controle emocional de crianças na primeira infância. Ele busca identificar as estratégias artísticas usadas para regular as emoções na sala de aula, a fim de melhorar os resultados da aprendizagem e promover o desenvolvimento holístico dos bebês. Foi utilizada uma metodologia de revisão sistemática, empregando observação e análise de documentos obtidos de bancos de dados acadêmicos, como Scielo, Redalyc e Scopus. A pesquisa concentrou-se em artigos, teses e livros relevantes, utilizando palavras-chave relacionadas ao controle emocional e às representações artísticas na educação infantil. Os resultados indicaram que ferramentas como dança, música e teatro são eficazes para melhorar o bem-estar emocional das crianças. Concluiu-se que as expressões artísticas favorecem o controle emocional, promovendo atitudes positivas como felicidade, alegria e amor nas crianças.

 

Palavras-chave: Controle emocional; Linguagem artística; Educação infantil; Arte; Dança; Música

 

INTRODUCCIÓN

 

Las escuelas se convierten en escenarios donde los niños enfrentan un constante flujo de emociones al interactuar con sus compañeros y docentes. Estas experiencias, aunque enriquecedoras, pueden resultar desafiantes debido a su novedad y complejidad: establecer comunicación efectiva, respetar reglas en actividades grupales, superar conflictos y cumplir con tareas educativas, entre otras. Tales situaciones frecuentemente desencadenan estados emocionales adaptativos que, sin una adecuada gestión, pueden impactar negativamente en la interacción social, el aprendizaje, y la salud física y psicológica de los niños (Pérez y Filella, 2019). Esta dificultad radica en que, a temprana edad, los menores aún no han desarrollado plenamente la capacidad para regular sus emociones. Además, la formación en habilidades personales y sociales sigue siendo limitada en los sistemas educativos de muchos países, lo que refuerza la necesidad de enfoques innovadores que atiendan esta carencia.

 

Por ello, resulta esencial que los niños reciban una educación emocional desde temprana edad. La primera infancia, comprendida entre los 0 y 6 años, es una etapa crítica en la que se deben priorizar el desarrollo emocional y la gestión de los sentimientos, ya que estos son pilares fundamentales para el aprendizaje, la regulación del pensamiento y la conducta. La falta de formación emocional en esta etapa puede derivar en situaciones desbordantes, conductas de riesgo, episodios de violencia y estados psicoafectivos negativos en el futuro (Vergara-Lope y Blancas, 2021). Durante la infancia se establecen las bases psicoafectivas, cognitivas y sociales, lo que refuerza la importancia de involucrar a todos los actores educativos—docentes, padres y directivos—en la implementación de planes y estrategias orientados al desarrollo integral de los niños. Estas acciones deben enfocarse en fomentar el control y autocontrol emocional, el fortalecimiento de habilidades sociales y lingüísticas, la interacción efectiva, la autoestima y las capacidades motrices finas y gruesas (Ministerio Educación del Perú [MINEDU], 2016).

 

Las instituciones educativas tienen la responsabilidad de ofrecer una educación integral y de calidad, que no solo abarque la formación cognitiva tradicional, sino que también incorpore el desarrollo de habilidades personales y sociales. En este contexto, la educación emocional se presenta como una práctica innovadora que los docentes pueden emplear para fomentar competencias emocionales esenciales para el aprendizaje, la interacción social y el desarrollo integral. Según Prieto y González (2022) las competencias emocionales comprenden las habilidades que permiten a los niños reconocer, comprender y expresar sus emociones, así como gestionar adecuadamente sus estados emocionales. El fortalecimiento de estas competencias resulta crucial, ya que contribuye a la adaptación de los infantes a diversas situaciones, reduciendo el riesgo de conductas violentas y la aparición de trastornos mentales.

 

Las habilidades emocionales son esenciales para fomentar la motivación y afrontar situaciones desafiantes. Estas habilidades también permiten el control de la ira y las conductas impulsivas, promueven el desarrollo del carisma y el humor, generan emociones positivas, estimulan la empatía y favorecen la capacidad de postergar recompensas. Todos estos elementos conforman un conjunto fundamental de competencias emocionales que, según Pérez y Filella (2019) preparan a los niños para enfrentar con éxito los retos de la vida. Por ello, el desarrollo de estas competencias es clave para garantizar que los niños alcancen mejores condiciones de vida, contribuyendo a su formación como ciudadanos felices, responsables y comprometidos con su entorno, el trabajo y la sociedad en general.

 

Las experiencias educativas generan en los niños una amplia gama de reacciones emocionales, que pueden incluir estados como el aburrimiento, la frustración, el fastidio, la impaciencia y la rebeldía, así como emociones positivas como la alegría, la calma, el interés y el afecto. Según Guerri (2023) las emociones son respuestas subjetivas ante estímulos específicos, que producen alteraciones fisiológicas y endocrinas de manera innata. Montoya (2017) las describe como una combinación de elementos fisiológicos, psicológicos y sociales que se manifiestan en respuesta a diversas situaciones o motivaciones. Asimismo, Hernández-Mite et al., (2018) señalan que las emociones implican destrezas y habilidades para reconocer, comprender y gestionar los estados afectivos propios y de los demás. Sin embargo, aunque las emociones son el motor de nuestras acciones, han sido tradicionalmente relegadas en el ámbito educativo, donde prevalece una mayor valorización del desarrollo cognitivo, como lo evidencia su limitada inclusión en los currículos y prácticas pedagógicas.

 

Diversos estudios sobre los procesos mentales han demostrado que la emoción y la cognición están estrechamente vinculadas. Esta conexión se explica por la contribución de las emociones a capacidades como el razonamiento, la memorización, la toma de decisiones y el mantenimiento de una actitud positiva hacia el aprendizaje (Bisquerra, 2009). Por ello, las emociones desempeñan un papel central en el proceso de aprendizaje. Para fortalecer esta relación entre emoción y aprendizaje, los docentes, como principales agentes educativos, deben conocer e implementar estrategias que favorezcan este propósito, siendo una de ellas el control de las emociones a través del lenguaje artístico. Según la Organización Mundial de la Salud ([OMS], 2022), el control emocional es un factor que precede a otros aspectos fundamentales, como los factores fisiológicos, sensoriales, cognitivos, expresivos y personales. Además, este control está presente desde el inicio de la vida, aunque no siempre se comprenda plenamente su funcionamiento. Está profundamente relacionado con la personalidad, la salud mental, los factores psicosociales, los estilos de crianza y el entorno familiar (Fondo Internacional para la Diversidad Cultural [FIDC], 2018).

 

El control emocional es fundamental para gestionar adecuadamente las sensaciones que surgen ante situaciones internas o externas (Espejo et al., 2018). Según Arciniegas et al., (2021), esta habilidad consiste en expresar ideas, características, sentimientos, deseos y opiniones de manera adecuada al contexto en el que el niño se encuentra. No implica eliminar las emociones, sino dirigirlas y equilibrarlas. De manera complementaria, Donovan (2021) señala que el control emocional actúa como un factor motivacional que facilita los procesos cognitivos necesarios para resolver problemas. Asimismo, Grimaldo y Merino (2020) destacan que el control emocional se basa en recursos psicofisiológicos que permiten gestionar y autorregular conductas agresivas, contribuyendo al logro de una vida más estable y equilibrada.

 

Hernández (2020) define el control emocional como la habilidad para ser sensibles y comprender las situaciones que se presentan. Por otro lado, Bisquerra (2009) destaca que debe considerarse un proceso institucional constante y persistente, enfocado en la comprensión y el fomento de emociones positivas, complementando el desarrollo cognitivo y contribuyendo a la formación integral de la personalidad. En este sentido, el control emocional permite regular, transformar y desarrollar las emociones con el objetivo de construir una personalidad auténtica. No obstante, este proceso requiere la implementación continua de estrategias formativas, que permitan al niño asimilar estas habilidades, mejorar sus relaciones interpersonales, fortalecer su bienestar y establecer una base sólida para su desarrollo personal a lo largo de la vida.

 

El lenguaje artístico se considera una forma de expresar las emociones de los niños. A través del arte, los menores canalizan su mundo interior y lo plasman mediante diversas manifestaciones, como la pintura, el dibujo, la danza o el teatro, dejando un registro y huella como seres sensibles capaces de comunicarse por medio de representaciones artísticas (Zapata, 2019). Más allá de satisfacer necesidades estéticas y cognitivas, el arte permite a los niños expresar sus ideas internas, interpretaciones y visiones de la realidad. No se trata de convertir a todos los infantes en artistas, sino de ofrecerles lenguajes artísticos que les proporcionen nuevas formas de comunicación y expresión. Estos lenguajes, a su vez, fortalecen habilidades personales, sociales y cognitivas interrelacionadas, ya que el arte fomenta la sensibilidad, la imaginación, la experimentación y la creatividad (Ros, 2020).

 

El arte contribuye a armonizar la personalidad de los niños, ayudándoles a adaptarse al sistema cultural en el que viven y al nivel social al que pertenecen. En este sentido, las representaciones artísticas son también consideradas herramientas de comunicación que facilitan la acción. Por lo tanto, la práctica de los lenguajes artísticos es esencial para que los escolares se ajusten a nuevas formas de percibir el mundo. A lo largo de este proceso, mientras exploran preguntas, buscan respuestas, ponderan y valoran las particularidades, y siempre con una actitud crítica, el arte les permite comprender y reconstruir la cultura a la que pertenecen (Ministerio Nacional de Educación de Chile [MINEDUC], 2018).

 

Sin duda, el lenguaje artístico tiene efectos positivos en el control emocional. En su estudio, Jaramillo (2019) explica que el uso de estrategias de expresividad artística, como un tono de voz positivo y los lemas de trabajo, influye en el aprendizaje y en el autocontrol emocional de niños entre 3 y 4 años. Además, el lenguaje artístico fomenta la interacción escolar, promoviendo la vinculación afectiva, la acción y los pensamientos, lo que crea una experiencia significativa (Franco, 2022). De manera similar, Caeiro (2019) lo define como una expresión y comunicación de actos, sentimientos, emociones, experiencias o imaginaciones mediante actividades psicomotoras que emplean diversos materiales y técnicas.

 

Por su parte, León (2022) afirma que el lenguaje artístico está vinculado a los procesos de creatividad, percepción y a los elementos de la vida, ya que influye en la manera de pensar y de ver el mundo. Además, Franco (2022) menciona que el lenguaje artístico promueve una actitud constructivista tanto en los docentes, quienes deben investigar y fundar una comprensión adecuada a las necesidades de instrucción de los estudiantes, como en los propios educandos, ya que fomenta la experiencia, la investigación y el desarrollo del pensamiento abstracto. Por otro lado, Pérez y Cernuda (2020) señalan que la educación en arte contribuye al desarrollo integral de la persona, tanto en lo cognitivo, lo personal como lo social; favoreciendo la autonomía, la inteligencia y la pasión. El arte en la educación, a través de actividades artísticas, potencia el desarrollo integral de los niños y adolescentes, al mismo tiempo que fomenta el diálogo y la conexión social. Los autores también destacan que estudios científicos demuestran que la danza, en particular, es una herramienta eficaz para regular el estado de ánimo y promover cambios tanto físicos como intelectuales.

 

Es conveniente mencionar que existen diversas formas de representaciones artísticas, tales como la danza, el dibujo, la pintura, la música y el teatro, entre otras. Por ejemplo, la música se entiende como el arte de crear sonidos agradables al oído, combinando racional y lógicamente el sonido y el silencio mediante los principios de melodía, armonía y ritmo (Calsina et al., 2021). En cuanto al dibujo, se presenta como un símbolo que comunica lo que una persona lleva en su interior; aunque utiliza elementos verbales y escritos, también constituye una forma de expresión propia (Cruz, 2020). De igual manera, Chaparro et al., (2018) explican que el arte es un medio poderoso para expresar y manifestar emociones, utilizando una amplia gama de técnicas, tales como el dibujo, la pintura, la música, la dramatización y la danza.

 

El objetivo de este estudio es analizar las estrategias artísticas utilizadas para el control emocional en el nivel inicial. La intención es explorar cómo se pueden aplicar en el aula para regular las emociones a través de diversos lenguajes artísticos, permitiendo que los niños logren mejores resultados en su aprendizaje, desarrollen habilidades comunicativas adecuadas, mejoren su socialización y fomenten actitudes positivas.

METODOLOGÍA

 

Para el estudio sobre las estrategias artísticas para controlar las emociones en niños del nivel inicial, se adoptó una metodología de investigación cualitativa basada en la revisión sistemática de la literatura. El objetivo fue identificar y analizar las estrategias artísticas empleadas en la educación emocional de los niños en esta etapa educativa, para poder proponer su aplicación en el aula.

 

El proceso de búsqueda de los documentos relevantes se dividió en cuatro fases: identificación, cribado, elegibilidad e inclusión. Durante la fase de identificación, se realizó una búsqueda exhaustiva en bases de datos académicas como Scielo, Redalyc, Dialnet y Scopus, además de utilizar el buscador especializado Google Académico para localizar artículos, tesis doctorales y libros tanto digitales como impresos. El foco estuvo en artículos que trataran sobre el control emocional y el uso de representaciones artísticas en niños del nivel inicial.

 

Para optimizar la búsqueda, se empleó una ecuación de búsqueda estructurada utilizando conectores lógicos como "y" y "o" para combinar de manera eficaz los términos clave y ampliar o restringir los resultados según fuera necesario. La ecuación de búsqueda se estructuró de la siguiente manera:

 

(“control emocional” AND “lenguaje artístico”)

(“control emocional” AND “educación emocional” AND “niños de educación inicial”)

(“emociones” OR “competencia emocional”) AND (“arte” OR “representación artística”)

 

En la fase de cribado, se revisaron los títulos y resúmenes de los documentos encontrados, descartando aquellos que no se ajustaban a los criterios de inclusión. Los criterios establecidos incluían que los estudios se centraran en las dos variables principales (control emocional y lenguaje artístico), que no superaran los cinco años de antigüedad y que estuvieran disponibles en español o inglés. Se priorizó la inclusión de investigaciones con población infantil en el nivel educativo inicial.

 

Una vez realizados estos primeros filtros, se pasó a la fase de elegibilidad, donde se revisaron más a fondo los artículos seleccionados para asegurar que cumplieran con los criterios de calidad y relevancia para el estudio. Finalmente, en la fase de inclusión, se procedió a seleccionar los estudios que cumplían todos los requisitos establecidos, asegurando que se tratara de investigaciones con metodología válida y resultados aplicables al contexto de la educación inicial, tal como se evidencia en la Figura 1.

 

Este proceso de revisión sistemática se complementó con la técnica de observación, que permitió explorar de manera directa las representaciones artísticas utilizadas en entornos educativos. Se revisaron documentos y estudios que detallaron experiencias y casos de aplicación de estrategias artísticas en el control emocional de los niños, para así obtener una visión integral de cómo estas herramientas pueden ser aprovechadas en el aula.

 

De esta manera, la metodología adoptada permitió recoger información valiosa que sirvió de base para analizar las diversas estrategias artísticas empleadas para mejorar el control emocional en niños del nivel inicial, proporcionando una guía para su aplicación en la práctica educativa.

Figura  SEQ Figura \* ARABIC 1. Flujo de procedimientos de la revisión

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 


Figura 1. Diagrama de flujo Etapas de la revisión literaria.

DESARROLLO Y DISCUSIÓN

 

En esta sección se presentan y desarrollan 20 investigaciones seleccionados luego de seguir convenientemente las 4 etapas de revisión de la literatura relacionados con el tema control de las emociones a través de los lenguajes artísticos. En este sentido, en la etapa de identificación se encontraron 844 documentos provenientes de bases de datos bibliográficas y del buscador Google Académico, luego con el cribado se redujo a 779 documentos, posteriormente en la fase de elegibilidad 523 y para la inclusión 20 documentos que están categorizados por autor, variables estudiadas, bases de datos, país e idioma (Tabla 1).

 

Tabla 1. características de los artículos seleccionados.

Autores y año

Variables

Base de datos

País/idioma

Tejado y Romero (2018)

El juego dramático y educación emocional

Google académico

España-español

Pinargote et al. (2022)

 Expresión artística y emociones

Dialnet

Ecuador-español

Cutuli (2020)

Recursos literarios y educación emocional

Google académico

Argentina-español

Murillo et al. (2020)

Inteligencia emocional

 

Dialnet

España-español

Montijano (2019)

Lectura infantil y educación emocional

Dialnet

España-español

Trujillo et al. (2020)

Las emociones

 

Scopus

España-español

Barrantes et al. (2021)

Arte y bienestar emocional

Scopus

España-español

Rubio y Riaño (2019)

Arte y educación

Dialnet

España-español

Castillo et al. (2021)

inteligencia emocional

y dramatización

Scopus

España-español

Salazar y Rincón (2022)

Teatro infantil

 

Scielo

Ecuador-español

Rabal et al. (2021)

Organización escolar y emociones

Google académico

Brasil-español

Córdova-Cando et al. (2021)

El cuento infantil y desarrollo emocional

 

Dialnet

Ecuador-español

Daza-Mejía et al. (2022)

Estrategias lúdicas corporales y educación emocional

Dialnet

Ecuador-español

Ferholt et al. (2021)

Juegos artísticos, lúdicos

Scopus

EE. UU-ingles

Cetin (2021)

Programa de educación artística y desarrollo personal social

Scopus

Sudáfrica-ingles

Caeiro (2019)

Taxonomía de Bloom y educación artística

Scopus

España-español

Gonzales y Rodríguez (2021)

La danza

Google académico

Nicaragua-español

Farkas (2021)

Cuentos infantiles

Google académico

Chile-español

Huertas et al. (2019)

Arte y enseñanza

Google académico

Ecuador-español

Montenegro et al. (2020)

Arte y los procesos de enseñanza

Scopus

España-español

 

Además, se hizo la clasificación de los documentos por las siguientes categorías: cantidad de artículos por bases de datos y buscadores (Figura 2), por países de procedencia de los documentos (Figura 3), por idioma en el que está escrito (Figura 4) y por año de publicación (Figura 5).

 

Figura 2. Distribución de artículos por base de datos bibliográficas.

 

 

Figura 3. Distribución de artículos por países de procedencia

 

Figura 4. Distribución de artículos por idioma.

 

Figura 5. Distribución de artículos por año de publicación.

 

El arte y el desarrollo emocional

 

En los niños, el desarrollo emocional, cognitivo, afectivo y social se encuentra muy vinculado con los sentidos y las acciones, porque para ellos, sentir o pensar es actuar. En este sentido, la utilización de las representaciones artísticas tiene muchos beneficios para los niños; como para el desarrollo de las habilidades personales, debido a que el arte invita a la acción, a identificar las emociones de uno y la de los demás, a experimentar y transformar la realidad cotidiana; adecuarse y tener consciencia de las relaciones que se establecen con otras personas y el medio en el que viven. Por otro lado, como estrategia didáctica y pedagógica es una buena herramienta de enseñanza y aprendizaje y una práctica educativa poco convencional para el nivel inicial; posibilita que los niños se conviertan en los actores del aprendizaje y constructores de conocimiento mediante la observación, exploración e interacción (Rubio y Riaño, 2019).

 

No obstante, la presencia de arte en las escuelas es limitada lo que impide el desarrollo habitual de actividades que pudieran potenciar la apreciación y el goce estético, como salidas a museos o Centros de Arte; en una encuesta, el 100% de docentes españoles declararon que las actividades artísticas no son central ni habitual y que no se había llevado a cabo durante el último año en ninguno de los contextos escolares en el que desempeñaban sus labores (Montenegro et al., 2020). Es fundamental, que los niños participen en actividades artísticas para adquirir emociones y comportamientos deseables. Las representaciones artísticas contribuyen a que los niños desarrollen habilidades personales y sociales, como la confianza en sí mismos y la capacidad de compartir (Cetin, 2021).

 

De hecho, los niños que crean por medio del arte, aparte de pensar también están impregnando sus sentimientos y emociones, con lo que expresa su mundo interno. El arte une el lado cognitivo, afectivo y corpóreo de los niños (Caeiro, 2019). Los lenguajes artísticos poseen ciertas regularidades en su enseñanza y también unas singularidades que no se repiten en otras formas artísticas; pero todas contribuyen con el desarrollo estético, creativo, creatividad, modos culturales, liberación de los sentimientos, identidad, autonomía y armonía (Huertas et al., 2019). Existen diversas concepciones que hacen que el arte cumpla funciones diferentes. Así desde la más tradicional e instrumental de pequeños artistas en el escenario; pasando por concepciones del arte como lenguaje, con modelos culturales y democráticas; hasta el arte como constructor de nuevos relatos ideologías. Claro, las aulas escolares pueden ser un ambiente de aprendizaje, de desarrollo personal y de reconstrucción de cultura.

 

Sin duda, todos los tipos de expresiones artísticas son consideradas como sinónimo de juego, entretenimiento y alegría; pero también, son herramientas para la regulación emocional, una ayuda para la autonomía personal que por cierto está vinculado con la autoestima, la actitud positiva, inteligencia interpersonal y habilidades para la identificación de conflictos o problemas y solución de los mismos (Trujillo et al., 2020). Las diferentes representaciones artísticas como la música, pintura y literatura son vehículos para la educación emocional, es decir para trabajar estados emocionales como el júbilo, el amor, angustia, recelo, la tristeza e ira, o los mismos pensamientos y como terapia para el desarrollo motriz de los niños. Uno de los propósitos del arte es ayudar en el dominio de las capacidades emocionales tanto en la identificación, gestión y expresión de las sensaciones (Rabal et al., 2021). El arte especialmente el que contiene el movimiento ayuda a desarrollar las emociones como la confianza, cualidades de seguridad, control de actuaciones violentas, empatía, inspiración y exaltación (Daza-Mejía et al., 2022). Sin duda el arte contribuye en la educación emocional, que está relacionada con la búsqueda y promoción de una convivencia cimentada en las cualidades humanas para la paz y prosperidad común.

 

De manera similar, las expresiones artísticas no solamente son herramientas para el desarrollo cognitivo sino también para el progreso de las personas en todas sus dimensiones, que tiene que ver con el fortalecimiento de las habilidades en general, la promoción de la cultura y la creación de personas íntegras, con cultura y habilidades sociales. En efecto, en el área cognitiva sirve para mejorar las capacidades de resolución de problemas, el desarrollo de la creatividad y de la curiosidad por aprender (Pinargote et al., 2022). Es más, en tiempos de pandemia, la práctica de actividades artísticas creativas en el hogar ha tenido efectos positivos en el bienestar general del niño, contribuyeron a mitigar síntomas o estados nerviosos, el apego desmedido a los padres de familia y mejorando el carácter, el comportamiento y una actitud más acorde a estos tiempos del Coronavirus (Barrantes et al., 2021). Es cierto, los lenguajes artísticos tienen beneficios en los niveles cognitivo, psicológicos y social de los niños.

 

El teatro y la dramatización como estrategia para el control emocional

 

La aplicación de la dramatización tiene efectos positivos en los subcomponentes de la inteligencia emocional como la motivación, autoconocimiento, expresión de la emotividad, autocontrol y habilidades sociales; porque posibilita que los pequeños reconozcan y manifiesten sus estados afectivos de una forma amena y alegre mediante la combinación de movimiento, interpretación y la coreografía. Por lo tanto, la dramatización es un medio de desinhibición y espontaneidad que contiene juego, formas, esquemas, expresión corporal, exploración y experimentación de recursos y espectáculos por lo tanto es un proceso abierto y flexible que forma parte del proceso fundamental de la expresión y comunicación del niño (Castillo et al., 2021).

 

De hecho, la dramatización permite a los niños exteriorizar y verbalizar su mundo interno, su conciencia, la personalidad y los intereses. Además, extiende el movimiento que es necesario en los niños; ellos contando sus aventuras, saltando, corriendo y estando en contacto aprenden mejor. Pero, también favorece la unión, el trabajo en equipo y al mismo tiempo se considera la diversidad de los niños (Tejado y Romero, 2018). En este sentido, el teatro es una estrategia integral con efectos positivos tanto en el aprendizaje como en el desarrollo emocional; es más, sirve para que el infante gane confianza, interés, motivación para la participación activa y oportuna en las actividades educativas cotidianas por la razón de que el teatro integra experiencias como el juego, la mímica, actuación circense, composiciones musicales infantiles, festejos, bailes, danzas, representación de roles, oratoria, improvisaciones y dramatizaciones (Salazar y Rincón, 2022).

Los beneficios de la danza en la educación y desarrollo personal

 

La aplicación de la danza en la educación inicial es conveniente para el desarrollo integral de la persona, tanto para el fortalecimiento de valores como la tolerancia, la disciplina, la responsabilidad, empeño y la solidaridad. Además, otras como funcionar como terapia de estimulación motriz, conservación de un excelente estado de salud, socialización, favorecer el trabajo en equipo, gestión, administración del tiempo. Pero, el más fundamental es su aporte al equilibrio de los estados anímicos y emocionales (González y Rodríguez, 2022).

 

Así pues, actividades como la danza y la música tiene efectos en el desarrollo emocional, en el bienestar psicológico, relaciones interpersonales y en la ampliación del círculo social de niños de tres años de edad (Murillo et al., 2020). Cada sesión educativa de los niños debería ser un momento para la liberación física y psicológica, para lograr el desarrollo de todo el potencial del infante como la habilidad para manifestar emociones cómodamente frente a otros individuos, entonces se deben utilizar estrategias para lograr este propósito por medio del arte como la danza que es como un espacio seguro para que los niños expresen sus habilidades.

 

La literatura y el cuento infantil como estrategia para el desarrollo emocional

 

La magia del cuento ayuda a despertar emociones positivas, desarrollar la sensibilidad para el reconocimiento, comprensión y manejo de situaciones emocionales y a la vez trabajar la empatía, el vínculo entre compañeros, la solidaridad, el afecto, el respeto, etc. (Córdova-Cando et al., 2021). Así pues, el cuento funciona como una herramienta socializadora, cultural y didáctica. Incluso, se pueden emplear diferentes tipos de cuentos para paliar necesidades específicas como los cuentos musicales para entretener, los cuentos motores para propiciar la actividad física y la diversión, y los cuentos interactivos mediante el uso de la tecnología para atraer a las nuevas generaciones (Rabal et al., 2020). El propósito de la literatura infantil es ayudar en el desarrollo de la conciencia crítica, en la construcción de la personalidad, en sentir empatía y de la posesión de la triple dimensión estética, ética y emocional (Montijano, 2019). Es decir, conseguir niños sensibles con su realidad, abiertos a la expresión equilibrada de las emociones y sentimientos.

 

Aunque, la literatura es un ropaje útil para la socialización y la educación emocional; aún hay un largo camino para que los educadores y padres de familia lo emplean de una forma eficiente y se alejen de las prácticas de buscar cuentos para que el niño sea más ordenado, para que sea más obediente, etc. que hacen que los niños se alejen de los cuentos (Cutuli, 2020). Sin duda, los cuentos infantiles ayudan a reforzar el desarrollo emocional de los niños, aunque se debe tomar en consideración tanto aspectos propios de su maduración, así como a las temáticas más idóneas al contexto que se abordaran, pero a la vez las historias deben ser atractivas, que motiven la lectura; que ofrezcan un contexto beneficioso en el que el niño fácilmente y naturalmente comprenda y manifieste su mundo interno. Las narrativas literarias dependen de estados psicológicos propicios para conectar los hechos, tramas, desenlaces, historias y así dar coherencia al contenido; lo cual incentiva una mayor afición a la literatura, incluyendo términos emocionales presentes en lo escrito (Farkas, 2021).

 

Además, el arte fácilmente puede integrarse a otras asignaturas, tal como Playworld, un juego que combina arte, literatura y ciencia con efectos positivos en la creatividad y en el desarrollo emocional; porque los niños necesitan magia, ficción para hacer frente a las diversas dificultades existenciales (Ferholt et al., 2021). Además, los contenidos literarios fantásticos pueden enseñar valores como la constancia, paciencia, el estudio, la seguridad, entre otros.

 

CONCLUSIÓN

 

El desarrollo emocional, cognitivo, afectivo y social en los niños está estrechamente vinculado con sus sentidos y acciones, ya que, para ellos, sentir y pensar son procesos inseparables de la acción. En este contexto, el uso de las representaciones artísticas ofrece numerosos beneficios, ya que contribuye al desarrollo de habilidades cognitivas, personales y sociales. A lo largo de la revisión realizada, se observó que diversos lenguajes artísticos, como el teatro, la dramatización, la danza y la literatura infantil, se emplean de manera exitosa en el contexto educativo. Sin embargo, también se destacó que otras formas de expresión artística, como el dibujo, la pintura y el canto, pueden ser igualmente útiles, dependiendo de las necesidades e intereses específicos de los niños.

 

Las emociones en los niños, especialmente en el nivel inicial, pueden ser intensas y difíciles de manejar, como la rabia, la tristeza o la frustración. A menudo, los niños no logran expresar verbalmente sus emociones, y recurren a conductas como el llanto, los gritos o los berrinches. En este sentido, se evidenció que la danza y la música son herramientas efectivas para fomentar actitudes positivas y permitir a los niños canalizar sus emociones, particularmente las relacionadas con el amor, la felicidad y la alegría. Estas expresiones artísticas, por tanto, no solo promueven el control emocional, sino que también favorecen un ambiente propicio para el desarrollo integral de los niños.

 

CONFLICTO DE INTERESES. La autora declara que no existe conflicto de intereses para la publicación del presente artículo científico.

 

REFERENCIAS

 

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Barrantes, T., Cruz, E., Rangel, J., y Parejo, F. (2021). ARTE Y BIENESTAR EMOCIONAL EN TIEMPOS DE CONFINAMIENTO OBLIGATORIO. ARTSEDUCA. https://www.e-revistes.uji.es/index.php/artseduca/article/view/5495

Bisquerra, R. (2009). Psicopedagogía de las emociones. Editorial Síntesis.

Caeiro, M. (2019). Recreando la taxonomía de Bloom para niños artistas. hacia una educación artística metacognitiva, metaemotiva y metaafectiva. ARTSEDUCA, (24), 65-84. https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=7165000

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