Horizontes.
Revista de Investigación en Ciencias de la Educación
https://revistahorizontes.org
Volumen 9 / N° 36 / enero-marzo 2025
ISSN: 2616-7964
ISSN-L: 2616-7964
pp. 328 - 343
Programa “Aprender a convivir” y su contribución al fortalecimiento de
las habilidades comunicativas en educación superior
Learning to live together” program and its
contribution to the strengthening of communication skills in higher education
Programa “Aprendendo a viver juntos” e sua
contribuição para o fortalecimento das habilidades de comunicação no ensino
superior
Lourdes Manuela Vicencio Segovia
https://orcid.org/0000-0001-6890-6026
Universidad César Vallejo. Lima, Perú
Instituto de Educación Superior Pedagógico Monseñor
Elías Olázar. Lima, Perú
RESUMEN
El Programa “Aprender a convivir” busca
contribuir al fortalecimiento de las habilidades comunicativas en la educación
superior. Este estudio tuvo como objetivo demostrar la influencia del programa
en tres dimensiones específicas: habilidades para la expresión, habilidades
para la observación y habilidades para la relación empática. La investigación
siguió un enfoque cuantitativo, con un diseño cuasiexperimental que incluyó un
grupo experimental y un grupo de control. Se empleó la técnica de la
observación directa y se utilizó una guía de observación fundamentada en las
variables como instrumento principal. Los resultados revelaron mejoras
significativas en el grupo experimental en comparación con el grupo de control,
destacando avances en las tres dimensiones evaluadas. Se concluye que el
programa constituye una herramienta eficaz para fortalecer las competencias
comunicativas y fomentar un aprendizaje integral en el ámbito de la educación
superior.
Palabras
clave:
Habilidades comunicativas; Expresión; Observación; Relación empática; Educación
superior; Programa "Aprender a convivir"
ABSTRACT
The “Learning to live
together” program seeks to contribute to the strengthening of communication
skills in higher education. This study aimed to demonstrate the influence of
the program on three specific dimensions: expression skills, observation skills
and empathic relationship skills. The research followed a quantitative
approach, with a quasi-experimental design that included an experimental group
and a control group. The technique of direct observation was employed and a
variable-based observation guide was used as the main instrument. The results
revealed significant improvements in the experimental group compared to the
control group, highlighting advances in the three dimensions evaluated. It is
concluded that the program constitutes an effective tool for strengthening
communication skills and promoting integral learning in higher education.
Key words: Communicative
skills; Expression; Observation; Empathetic relationship; Higher education;
“Learning to live together” program
RESUMO
O programa
“Aprendendo a viver juntos” busca contribuir para o fortalecimento das
habilidades de comunicação no ensino superior. Este estudo teve como objetivo
demonstrar a influência do programa em três dimensões específicas: habilidades
de expressão, habilidades de observação e habilidades de relacionamento
empático. A pesquisa seguiu uma abordagem quantitativa, com um projeto quase
experimental que incluiu um grupo experimental e um grupo de controle. A
técnica de observação direta foi empregada e um guia de observação baseado em
variáveis foi usado como instrumento principal. Os resultados revelaram
melhorias significativas no grupo experimental em comparação com o grupo de
controle, destacando o progresso nas três dimensões avaliadas. Conclui-se que o
programa é uma ferramenta eficaz para fortalecer as habilidades de comunicação
e promover a aprendizagem holística no ensino superior.
Palavras-chave: Habilidades de
comunicação; Expressão; Observação; Relacionamento empático; Ensino superior;
Programa “Aprendendo a viver juntos”
INTRODUCCIÓN
Hoy en día, los docentes
desempeñan un papel crucial al educar mediante interacciones que integran la
enseñanza, el aprendizaje y la convivencia. Esto se fundamenta en la premisa de
que el convivir y el aprendizaje son procesos inseparables en el contexto
escolar (Fierro y Fortoul, 2018). La convivencia, como elemento esencial del
entorno educativo, requiere que los estudiantes desarrollen habilidades
comunicativas y sociales sólidas que favorezcan el trabajo colaborativo y la
resolución de problemas (Grau y García, 2018). Estas habilidades permiten a las
personas expresarse de manera efectiva en cualquier entorno social, adaptando
el lenguaje al contexto y respetando las normas culturales (Monsalve et al.,
2009). En contraste, la falta de estas competencias genera problemas de
aprendizaje, afecta el clima escolar, fomenta el bullying e incluso deriva en
la exclusión social.
En el ámbito internacional,
el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) resalta que el 16% de
la población mundial son adolescentes que requieren preparación para adaptarse
a los cambios del mundo actual. Entre las 12 habilidades transferibles
promovidas por Unicef (2022), las habilidades comunicativas destacan por su
contribución al desarrollo humano y al bienestar común. Sin embargo, los
conflictos, como el bullying, afectan negativamente este bienestar. Según la
Otchet (2021) en su informe para la Unesco, en Oriente Medio, el 42.8% de los
estudiantes han participado en peleas, el 41.1% en acoso y el 31% en agresiones
físicas, lo que conlleva consecuencias graves en su desarrollo académico, salud
física y mental. En contraste, los países de la OCDE con entornos educativos
disciplinados presentan índices de acoso del 7%, destacando la importancia de
un ambiente educativo positivo.
A nivel universitario,
dificultades relacionadas con el manejo de habilidades comunicativas también
son evidentes. Por ejemplo, en la Universidad Autónoma de Madrid, el 45% de los
estudiantes tiene miedo de hablar en público, y el 70% considera que este temor
afecta su vida personal (Montorio et al., 1996). Estas limitaciones están
vinculadas a la ansiedad social y al manejo inadecuado de habilidades
comunicativas (Bados, 1991).
En América del Sur, la
violencia escolar por apariencia física (29.8%), raza o nacionalidad (14%) y
religión (7.6%) afecta la convivencia y el aprendizaje (Unesco, 2019). En
Argentina, un estudio de Unicef en 2010 reveló que estudiantes que se sienten
escuchados por adultos y participan en la elaboración de normas de convivencia
escolar tienden a ser menos conflictivos (Eljach, 2010). Por otro lado, en
universidades de El Salvador, Flores (2019) identificó altos niveles de
agresión de género, sexual, psicológica y emocional, especialmente hacia
mujeres, afectando la convivencia y las interacciones académicas.
En Perú, tanto en los
hogares como en las escuelas, prevalecen actos de violencia que impactan
negativamente en el aprendizaje y las relaciones sociales. Según Unicef (2019),
y Claux (2017) el 70% de los niños y adolescentes peruanos son víctimas de
maltrato psicológico, siendo comunes los insultos, humillaciones y burlas. En
la región Loreto, un informe de SISEVE por Claux (2017) indica que la violencia
física entre estudiantes alcanza el 78%, mientras que el 19% corresponde a
violencia verbal, evidenciando una problemática que afecta la convivencia y el
desarrollo académico.
En el contexto del
Instituto de Educación Superior Pedagógico Público Monseñor Elías Olázar, en
Yurimaguas, la problemática de la convivencia también es evidente. Estudiantes
de esta institución suelen emplear apodos, lenguaje sexualizado y burlas en sus
interacciones, lo que afecta su autoestima, aprendizaje y habilidades
comunicativas. Además, se observa una falta de escucha activa, empatía limitada
y juicios apresurados durante las exposiciones académicas. Estas situaciones
destacan la necesidad de implementar programas educativos que fortalezcan la
comunicación y promuevan una convivencia armónica.
Ante esta problemática,
surge la pregunta general: ¿En
qué medida el Programa “¿Aprender a convivir” influye en el desarrollo de
habilidades comunicativas en estudiantes de educación superior pedagógico de
Yurimaguas, 2023? Este
estudio tiene como objetivo demostrar dicha influencia, enfocándose en tres
dimensiones específicas: habilidades para la expresión, habilidades para la
observación y habilidades para la relación empática. La hipótesis general
plantea que el Programa “Aprender a convivir” influye significativamente en el
desarrollo de habilidades comunicativas en estos estudiantes.
Este estudio se justifica
teóricamente en la importancia de las habilidades comunicativas para una
interacción efectiva en diversos contextos. Metodológicamente, se sustenta en
el uso del método científico para obtener datos objetivos y válidos, que
aporten a la comunidad científica. En el ámbito práctico, sugiere que el
fortalecimiento de estas habilidades mejora la convivencia, la autoestima y el
trabajo en equipo de los estudiantes, contribuyendo a una sociedad más pacífica
y tolerante.
Revisión
literaria
Respecto a la variable programa
"Aprender a convivir" se concibe desde el modelo socioconstructivista
de Vygotski, que considera a la escuela como un espacio donde se producen
relaciones interpersonales. En este contexto, el docente facilita el desarrollo
cognitivo diseñando estrategias que favorezcan el vivir juntos en el aula,
respetando la diversidad, evitando la violencia y promoviendo la tolerancia. Según
esta teoría, el aprendizaje real procede de la interacción social entre los
involucrados. Cuando el niño interactúa con el objeto a través del otro, es
fundamental conocer el contexto social en el que se desenvuelve, ya que el
conocimiento emerge de su historia personal y social. Además, este conocimiento
se internaliza al pasar del plano social al plano interno, reconstruyéndose y
convirtiéndose en nuevas construcciones cognitivas (Gómez y Ortiz, 2018).
Por su parte, Delors (1996) plantea
que uno de los cuatro pilares de la educación es “aprender a vivir juntos”, que
se logra comprendiendo al otro y reconociendo la pluralidad interdependiente de
la sociedad. En el siglo XXI, la convivencia sigue siendo un aspecto
trascendental dentro de una educación humanista. Las instituciones educativas
tienen el propósito de formar estudiantes para la vida, convirtiéndose en un
entorno social favorable para las interacciones humanas (García-Raga et al.,
2017). En este contexto, los educadores desempeñan un papel crucial al enseñar
a evitar la violencia, generalmente provocada por prejuicios hacia los demás.
La convivencia es un acto que se
aprende, y la escuela facilita este aprendizaje. Por ejemplo, en centros
educativos que implementaron actividades de ayuda entre iguales, los niños
desarrollaron actitudes positivas y mostraron mayor empatía hacia los demás
(Cowie y Fernández, 2006). El aprendizaje se enriquece con la participación del
estudiante en escenarios comunicativos diversos. Desde el enfoque
constructivista, el aprendizaje se genera en contacto con los pares, siendo el
rol del docente fundamental al diseñar estrategias activas que desafíen al
estudiante, fomenten su autonomía y le permitan adaptarse a un mundo cambiante
por los avances tecnológicos y las necesidades socioeconómicas de cada región.
La UNESCO define “aprender a vivir
juntos” como la práctica de valores, actitudes y conductas que promuevan
interacciones basadas en principios como la libertad, la justicia, la
democracia, la tolerancia y la solidaridad. Este aprendizaje se busca mediante
el diálogo y la negociación en espacios reales de comunicación (Hernández et
al., 2017). Una convivencia saludable permite desarrollar un pensamiento
crítico sobre el mundo y nuestra posición en él (Torres-Rivera y Silva, 2019).
En el aula, fomenta el trabajo colaborativo y cooperativo a partir de conductas
tolerantes y adaptativas al grupo. Constituir un grupo que convive en respeto y
tolerancia contribuye a los cambios sociales, promoviendo una sociedad más democrática,
participativa y horizontal, que defiende la paz y evita percepciones simplistas
que afectan la integridad de las personas (Puig y Morales, 2015; Harber y
Sakade, 2009).
La comunicación juega un papel
esencial en la convivencia. Un uso adecuado del lenguaje asegura que el mensaje
sea comprendido por el interlocutor. Esto implica adecuar el nivel lingüístico,
respetar las reglas de interacción, escuchar activamente y reflexionar antes de
expresar ideas, siempre respetando las opiniones ajenas.
La convivencia es una actividad
compleja que busca generar cambios profundos desde el pensamiento hasta las
actitudes de los individuos. Según el Ministerio de Educación de Colombia en
2013, convivir es vivir en compañía de otros de forma pacífica y armoniosa
(Cárdenas, 2018). Para Vilar y Carretero (2008), la convivencia en la escuela
es un proceso en el que todos aprenden a vivir con los demás. Es fundamental
establecer normas basadas en un trato afectivo y amable, y diseñar estrategias
para gestionar las emociones en beneficio del buen vivir.
Convivir implica más que coexistir;
supone aceptar normas y respetar los pensamientos y estilos de vida de los
demás. Una relación armoniosa se basa en el autoconocimiento, la coherencia
entre pensamiento y acción, la reflexión sobre los conflictos y la práctica de
valores universales como la solidaridad y la cooperación. Además, requiere
diálogo, empatía y compromiso con el bienestar social (Junta de Extremadura,
2007). Convivir se enseña y aprende mediante interacciones que fomenten el buen
trato, el diálogo respetuoso y la participación activa en diversos escenarios,
contribuyendo a un clima escolar agradable (Bernal et al., 2018).
Un clima escolar positivo es un
espacio donde los estudiantes aprenden a interactuar armónicamente,
desarrollando su personalidad y autoestima a través de una comunicación
efectiva y la práctica de valores. Enseñar a convivir implica reconocer la
diversidad en historias de vida, formas de pensar y hablar, promoviendo una
cultura de paz que transforme positivamente tensiones y contradicciones
(Labrador, 2013).
METODOLOGÍA
Se
investigó bajo el paradigma positivista, al predecir la significatividad de un
hecho y demostrar su veracidad de manera objetiva (Hurtado y Toro, 2007). El
método considerado fue el deductivo, permitiendo recolectar datos que validaron
la hipótesis planteada. La deducción del fenómeno observado partió de teorías
existentes para establecer conclusiones (Dávila, 2006). El estudio analizó
investigaciones con resultados favorables para la aplicación del programa en
otros contextos educativos, siendo esta generalizable a nivel de educación
superior.
El nivel
de investigación fue explicativo, al establecer relaciones causales entre
variables. Como el diseño fue experimental, se formuló una hipótesis que
permitió demostrar la significatividad de la variable independiente en la
variable dependiente (Ramos-Galarza, 2020).
El tipo
de estudio fue aplicado, ya que proporcionó explicaciones de los efectos tras
la aplicación del programa y estructuró procedimientos innovadores. Esto
permitió demostrar los efectos de la estrategia Aprender a Convivir en el desarrollo de habilidades
comunicativas. Durante la investigación, se manipuló la variable independiente
con intervención en el grupo experimental, logrando mayor control y evidencia
de la relación causa-efecto (Ñaupas et al., 2018; Tam et al., 2008).
La
investigación tuvo un enfoque cuantitativo, basándose en la recolección de
datos para responder a la pregunta de investigación y probar la hipótesis. Se
utilizaron técnicas de medición de variables con herramientas estadísticas
descriptivas e inferenciales (Ñaupas et al., 2018).
El diseño
aplicado fue cuasi-experimental. Aunque el control de las variables no fue
absoluto, se estudió la relación causa-efecto al manipular intencionalmente las
variables. El programa constituía la variable independiente (VI) y actuó sobre
el progreso de las habilidades comunicativas (VD).
El
esquema del diseño aplicado se representó como sigue:
Variables
y operacionalización
La
variable independiente fue el programa Aprender
a Convivir, definido como un conjunto de acciones planificadas enfocadas
en promover la convivencia y empatía como estrategias para la interacción
activa (Castro-Alfaro et al., 2014). Su definición operacional incluyó
actividades que fomentaron el disentir, debatir y administrar conflictos sin
comprometer la cohesión social.
La
variable dependiente fueron las habilidades comunicativas, entendidas como
recursos verbales y no verbales que facilitan objetivos específicos de
comunicación (MINEDU, 2001). Operacionalmente, estas abarcaron habilidades de
expresión, observación y relación empática (Tejera y Cardoso, 2015).
Los
indicadores considerados fueron:
·
Habilidades de expresión:
Fluidez verbal y uso de recursos no verbales.
·
Habilidades de observación:
Escucha activa.
·
Habilidades empáticas:
Participación afectiva y acercamiento interpersonal.
Para las
mediciones, se utilizó una escala ordinal que permitió categorizar los
resultados como: inicio (15-34), proceso (35-54) y logro previsto (55-75) (León
y Pérez, 2019).
La población
estuvo conformada por 98 estudiantes del Instituto de Educación Superior
Pedagógico Público Mons. Elías Olázar en Loreto, quienes cursaban el tercer
ciclo de formación inicial docente en diversas especialidades. Estos
estudiantes tenían entre 18 y 23 años, provenían de familias de bajos recursos
y escuelas rurales sin acceso a internet.
Los
criterios de inclusión fueron:
·
Estudiantes matriculados en
el III ciclo del año lectivo 2023-1.
·
Participación voluntaria
con consentimiento informado.
Los criterios
de exclusión incluyeron estudiantes que solicitaron licencia durante el estudio
o que no participaron en actividades por motivos laborales o familiares. La
muestra final estuvo compuesta por 66 estudiantes seleccionados mediante
muestreo no probabilístico por juicio del investigador como se evidencia en la
Tabla 1. Se dividieron en:
·
Grupo experimental (33):
Especialidad de Comunicación.
·
Grupo control (33):
Especialidad de Ciencias Sociales y Ciudadanía.
Tabla 1. Población y muestra de la investigación.
Grupo |
Especialidad |
Femenino |
Masculino |
Total |
Experimental |
Comunicación |
14 |
19 |
33 |
Control |
Ciencias Sociales y
Ciudadanía |
17 |
16 |
33 |
Se
utilizó la técnica de observación sistemática para registrar comportamientos
específicos en tiempo real (Hernández-Sampieri y Mendoza, 2018). El instrumento
fue una ficha de observación que incluyó 15 ítems distribuidos en tres
dimensiones: expresión, observación y relación empática.
El
instrumento fue validado por tres expertos que evaluaron suficiencia, claridad,
coherencia y relevancia, obteniendo un coeficiente promedio de 0.98, lo que
evidenció alta validez.
Procesamiento
de datos y análisis
El
procesamiento y análisis de los datos en esta investigación se desarrolló en
varias etapas interrelacionadas, comenzando con la autorización institucional y
la aplicación del programa de intervención. Con la aprobación de la Dirección
General del IESPP Mons. Elías Olázar, se identificó el problema de
investigación en 2022, y el desarrollo del estudio se llevó a cabo en 2023.
Inicialmente, se presentó el proyecto y se implementó el Programa “Aprender a
convivir” con los estudiantes del ciclo III de formación docente en Secundaria,
en un horario fuera de las clases regulares.
Para
garantizar la validez y confiabilidad del instrumento de medición, se realizó
una prueba piloto con estudiantes de una especialidad diferente a los grupos de
estudio. Los resultados obtenidos fueron procesados mediante el coeficiente
Alfa de Cronbach, confirmando la consistencia interna del instrumento.
Posteriormente, se sometió el instrumento a juicio de expertos para
perfeccionarlo según sus observaciones. Una vez validados, los instrumentos se
aplicaron a los grupos experimental y control, iniciando con un pretest que
incluyó la técnica del ABC de la comunicación, permitiendo una interacción
entre estudiantes basada en sentimientos y pensamientos. Durante esta fase, se
realizaron observaciones registradas en fichas de campo, notas de cuaderno y
grabaciones de interacciones significativas.
El
programa "Aprender a convivir" se desarrolló en 18 sesiones
presenciales y virtuales, distribuidas en 7 semanas con 3 a 4 actividades de
aprendizaje por semana, cada una de 90 minutos. Estas sesiones se ejecutaron
únicamente con el grupo experimental, mientras que el grupo control continuó
con sus tareas habituales según su plan de estudios.
Los datos
recolectados en las etapas de pretest y postest fueron organizados inicialmente
en una hoja de cálculo en Microsoft Excel, para luego procesarse mediante el
software SPSS, versión 27. En una primera fase, se realizó un análisis
descriptivo, calculando frecuencias absolutas y relativas, así como medidas de
tendencia central (media, mediana, moda) y dispersión (desviación estándar).
Para la
contrastación de hipótesis, se evaluó la distribución de los datos utilizando
pruebas de normalidad. Dado que los datos no presentaron una distribución
normal, se optó por análisis no paramétricos. En este caso, se utilizó la
prueba U de Mann-Whitney para comparar los resultados entre el grupo
experimental y el grupo control. Este enfoque permitió evaluar la influencia
del programa de intervención en el desarrollo de las habilidades comunicativas
de los estudiantes.
El
estudio siguió un conjunto sistemático de procedimientos para garantizar el
rigor metodológico y la validez de los resultados. Inicialmente, se aplicó el
pretest a ambos grupos utilizando la técnica del ABC de la comunicación y
registrando las observaciones en fichas diseñadas para evaluar las habilidades
comunicativas. Los datos recopilados incluyeron interacciones observadas y
grabaciones de situaciones específicas en las que se evidenciaban los avances o
dificultades de los estudiantes.
Durante
la implementación del programa, se desarrollaron actividades interactivas
presenciales y virtuales que fomentaron la práctica de la comunicación
empática, reflexiva y eficaz. Cada sesión fue diseñada con un enfoque práctico
que integró dinámicas grupales y ejercicios de autoevaluación.
Al
concluir el programa, se aplicó el postest siguiendo el mismo procedimiento del
pretest para asegurar la comparabilidad de los resultados. Los datos
resultantes se sometieron a un análisis descriptivo e inferencial con el
software SPSS, versión 27, y se contrastaron las hipótesis planteadas,
proporcionando evidencia cuantitativa sobre la efectividad del programa.
Aspectos
éticos
El
desarrollo del estudio respetó principios éticos fundamentales. Se solicitó la
autorización de los estudiantes mayores de edad y de las autoridades
institucionales antes de iniciar cualquier intervención. Se explicó a los
participantes la finalidad de la investigación y se enfatizó su derecho a
participar de manera voluntaria.
El
principio de autonomía fue garantizado al ofrecer libertad de decisión a los
estudiantes para formar parte del programa, y se respetó su integridad en todo
momento. El principio de justicia se cumplió al aplicar el programa de manera
equitativa, adaptándolo a las necesidades específicas del grupo experimental,
mientras que el grupo control no fue afectado en su proceso académico regular.
Finalmente,
el principio de no maleficencia fue observado en todo el proceso, diseñando un
programa fundamentado en estudios previos que demostraron la eficacia de
técnicas similares para el desarrollo de habilidades comunicativas, evitando
cualquier daño potencial a los estudiantes. Este estudio buscó no solo respetar
los derechos de los participantes, sino también generar un impacto positivo en
su desarrollo académico y personal.
RESULTADOS
Y DISCUSIÓN
El
procesamiento de datos implicó la aplicación de procedimientos de estadística
descriptiva e inferencial, con el propósito de presentar datos precisos por
dimensiones y analizar los resultados obtenidos en las pruebas de pretest y postest.
Estos datos se muestran a través de tablas. Bajo el objetivo de demostrar la
influencia del Programa “Aprender a convivir” en el desarrollo de habilidades
comunicativas en estudiantes de educación superior pedagógico.
En la
Tabla 2 se observa que en la prueba pretest, el 33.3% de los estudiantes del
grupo control (GC) estaban en el nivel inicio, mientras que el 60.6% estaban en
proceso. En el grupo experimental (GE), el 18.2% estaba en inicio y el 78.8% en
proceso. Tras la aplicación del programa, en el postest, el GC alcanzó un 97.0%
en proceso y un 3.0% en logro previsto, lo que representa un avance limitado.
En contraste, el GE alcanzó un 72.7% en logro previsto y eliminó el nivel
inicio, mostrando una mejora significativa.
Tabla 2. Nivel de
logro de las habilidades comunicativas.
Categorías |
Grupo Control |
Grupo Experimental |
||
Pretest |
Postest |
Pretest |
Postest |
|
Inicio |
11 (33.3%) |
0 (0.0%) |
6 (18.2%) |
0 (0.0%) |
Proceso |
20 (60.6%) |
32 (97.0%) |
26 (78.8%) |
9 (27.3%) |
Logro previsto |
2 (6.1%) |
1 (3.0%) |
1 (3.0%) |
24 (72.7%) |
Total |
33 (100%) |
33 (100%) |
33 (100%) |
33 (100%) |
Nota: Prueba
pretest y postest aplicada a estudiantes.
Influencia en las
habilidades para la expresión
En la
Tabla 3 se destacan los datos que muestran, el pretest, donde el grupo de
control (GC) tenía un 36.4% en inicio y un 63.6% en proceso, mientras que el
grupo de experimental (GE) presentaba un 30.3% en inicio y un 66.7% en proceso.
En el postest, el GC logró un avance moderado al alcanzar un 6.1% en logro
previsto. En el GE, el nivel logro previsto incrementó significativamente al
57.6%, con 0% en inicio.
Tabla 3. Nivel de logro en el desarrollo de habilidades para
la expresión.
Nivel |
Grupo Control |
Grupo Experimental |
||
Pretest |
Postest |
Pretest |
Postest |
|
Inicio |
12
(36.4%) |
2 (6.1%) |
10
(30.3%) |
0
(0.0%) |
Proceso |
21
(63.6%) |
29
(87.9%) |
22
(66.7%) |
14
(42.4%) |
Logro
previsto |
0
(0.0%) |
2
(6.1%) |
1
(3.0%) |
19
(57.6%) |
Total |
33
(100%) |
33
(100%) |
33
(100%) |
33
(100%) |
Nota: Prueba
pretest y postest aplicada a estudiantes.
Influencia
en las habilidades para la observación
Por su
parte en la Tabla 4 se muestra que el pretest, el GC tenía un 27.3% en inicio y
un 72.7% en proceso, mientras que el GE presentaba un 21.2% en inicio y un
75.8% en proceso. En el postest, el GC mostró resultados similares al pretest,
con solo un 6.1% en logro previsto. En contraste, el GE alcanzó un 75.8% en
logro previsto, eliminando completamente el nivel inicio.
Tabla 4. Nivel de
desarrollo habilidades para la observación.
Nivel |
Grupo Control |
Grupo Experimental |
||
Pretest |
Postest |
Pretest |
Postest |
|
Inicio |
9 (27.3%) |
5 (15.2%) |
7 (21.2%) |
0 (0.0%) |
Proceso |
24 (72.7%) |
26 (78.8%) |
25 (75.8%) |
8 (24.2%) |
Logro previsto |
0 (0.0%) |
2 (6.1%) |
1 (3.0%) |
25 (75.8%) |
Total |
33 (100%) |
33 (100%) |
33 (100%) |
33 (100%) |
Nota: Prueba
pretest y postest aplicada a estudiantes.
Influencia
en las habilidades para la relación empática
En la
Tabla 5 se muestra que, el pretest, el GC tenía un 33.3% en inicio y un 54.5%
en proceso, mientras que el GE tenía un 9.1% en inicio y un 87.9% en proceso.
En el postest, el GC alcanzó un 93.9% en proceso, pero con un avance limitado
en logro previsto (6.1%). Por el contrario, el GE logró un 72.7% en logro
previsto y eliminó por completo el nivel inicio.
Tabla 5. Nivel de
logro habilidades para la relación empática.
Nivel |
Grupo Control |
Grupo Experimental |
||
Pretest |
Postest |
Pretest |
Postest |
|
Inicio |
11 (33.3%) |
0 (0.0%) |
3 (9.1%) |
0 (0.0%) |
Proceso |
18 (54.5%) |
31 (93.9%) |
29 (87.9%) |
9 (27.3%) |
Logro previsto |
4 (12.1%) |
2 (6.1%) |
1 (3.0%) |
24 (72.7%) |
Total |
33 (100%) |
33 (100%) |
33 (100%) |
33 (100%) |
Nota: Datos
obtenidos del pretest y postest aplicado a los estudiantes.
Resultados inferenciales
En la Tabla 6, se muestran los resultados de la
prueba de normalidad de Kolmogorov-Smirnov indican que los datos no presentan
una distribución normal (p < 0.05), por lo que se utilizó la prueba no
paramétrica U de Mann-Whitney para contrastar las diferencias entre grupos.
Tabla 6. Prueba de normalidad de habilidades comunicativas.
Grupo |
Fase |
Estadístico |
gl |
Sig. |
Control |
Pretest |
0.130 |
33 |
0.017 |
Experimental |
Pretest |
0.155 |
33 |
0.042 |
Control |
Postest |
0.136 |
33 |
0.013 |
Experimental |
Postest |
0.140 |
33 |
0.010 |
Nota:
Información recogida de la base de datos de la variable habilidades
comunicativas.
El
análisis inferencial presentado resalta los resultados estadísticos obtenidos a
través de la prueba U de Mann-Whitney, considerando el impacto del programa
"Aprender a convivir" en el desarrollo de habilidades comunicativas y
sus dimensiones específicas en estudiantes de un instituto de educación
superior pedagógico de Yurimaguas. A continuación, se presentan hipótesis:
Hipótesis
general
Habilidades para la
expresión:
Habilidades para la
observación
Habilidades
para la relación empática
El
programa “Aprender a convivir” demostró ser efectivo en el desarrollo de las
habilidades comunicativas en general y en cada una de sus dimensiones
(expresión, observación y relación empática). El análisis estadístico confirma
que las diferencias significativas entre los grupos experimental y control se
dieron tras la implementación del programa, validando la hipótesis alterna y
rechazando la hipótesis nula en todos los casos analizados.
Discusión
La
discusión de los resultados alcanzados en la investigación sobre el programa
"Aprender a convivir" revela la importancia de las estrategias de
convivencia en el desarrollo de habilidades comunicativas de los estudiantes de
educación superior en Yurimaguas. De acuerdo con los hallazgos obtenidos y la
prueba de significancia U de Mann-Whitney (p<0.05), el programa mostró una
influencia significativa en el grupo experimental (GE) en comparación con el
grupo control (GC), destacando mejoras en aspectos clave como la expresividad,
la observación y la empatía.
Estos
resultados coinciden con estudios previos que demuestran que las intervenciones
educativas que promueven el trabajo cooperativo y la comunicación interpersonal
tienen un impacto positivo en las habilidades comunicativas de los estudiantes.
Por ejemplo, Leiva et al., (2022) encontraron que los estudiantes expuestos a
métodos innovadores de enseñanza, como el uso de medios auditivos y actividades
de convivencia, experimentaron un mayor desarrollo de sus capacidades
comunicativas en comparación con aquellos que recibieron una enseñanza
tradicional.
De manera
similar, Escobar-Mamani y Gómez-Arteta (2020) también reportaron mejoras en las
habilidades comunicativas de los estudiantes a través del uso de tecnologías,
como WhatsApp, para fomentar la participación activa y el aprendizaje autónomo.
Estos resultados coinciden con los de la presente investigación, que muestra
que los estudiantes del GE que participaron en actividades de convivencia fuera
de clase, como debates y dramatizaciones, mostraron una mayor mejora en sus
habilidades de expresión oral y escrita.
La
comparación de los resultados obtenidos con los de García et al., (2018) y
Hernández-Jorge y Rosa (2018) resalta la efectividad de las intervenciones
basadas en la práctica y el entrenamiento en habilidades comunicativas. Estos
autores también evidencian mejoras en la expresión verbal y no verbal, la
empatía y la escucha activa, lo que coincide con los hallazgos de esta
investigación. Además, el uso de actividades interactivas, como juegos
cooperativos y asambleas, demostró ser clave para fomentar la colaboración y la
resolución de conflictos, lo que a su vez contribuye a un ambiente educativo
positivo y constructivo.
En cuanto
a la influencia del programa "Aprender a convivir" en las dimensiones
específicas de habilidades comunicativas, los resultados obtenidos en relación
con la expresión, la observación y la relación empática son congruentes con
estudios previos que destacan la importancia de integrar estrategias lúdicas y
colaborativas en la enseñanza superior. Las investigaciones de Crespí et al.,
(2022) y Leiva et al., (2022) subrayan que metodologías activas y el uso de
recursos no lingüísticos favorecen el desarrollo de competencias comunicativas,
y los resultados de esta investigación no son la excepción.
Es importante
destacar que, a pesar de los resultados positivos obtenidos, los hallazgos
también apuntan a la necesidad de seguir promoviendo la participación activa de
los estudiantes en procesos de formación y convivencia, especialmente en el
contexto de la educación superior. Estos resultados sugieren que, para lograr
mejoras sustanciales en las habilidades comunicativas de los estudiantes, es
necesario implementar programas de intervención que combinen diversas
estrategias pedagógicas, que fomenten la empatía, la colaboración y la
resolución de conflictos.
Por lo
tanto, la investigación reafirma la efectividad del programa "Aprender a
convivir" para el desarrollo de habilidades comunicativas en estudiantes
de educación superior, y sus resultados son consistentes con la literatura
existente sobre la importancia de la convivencia escolar y las estrategias
pedagógicas basadas en el trabajo cooperativo y la comunicación. Además, el uso
de metodologías activas y recursos innovadores, como las tecnologías digitales
y actividades lúdicas, son fundamentales para lograr un impacto positivo en las
competencias comunicativas de los estudiantes.
CONCLUSIONES
La implementación del Programa
“Aprender a convivir” en el Instituto de Educación Superior Pedagógico, mostró
una influencia significativa en el desarrollo de las habilidades comunicativas
de los estudiantes. Los resultados obtenidos en las pruebas de postest
demostraron que el programa logró mejorar diversos aspectos de las habilidades
comunicativas, confirmando la efectividad de las estrategias utilizadas.
En primer lugar, se evidenció que
el Programa impactó positivamente en las habilidades generales de comunicación
de los estudiantes, con un incremento considerable en el grupo experimental
(GE) en comparación con el grupo control (GC), lo que indica que las
estrategias implementadas favorecieron el desarrollo de estas habilidades.
En relación con las habilidades
para la expresión, el programa mostró mejoras sustanciales, particularmente en
la fluidez verbal y el uso de recursos no verbales, facilitados por estrategias
como la asamblea en el aula y la mediación artística. Esto subraya la
importancia de actividades interactivas y creativas en el fortalecimiento de
las competencias comunicativas.
En cuanto a las habilidades para la
observación, se observó un notable aumento en la capacidad de escucha activa y
la resolución de conflictos en el grupo experimental. Las estrategias de ocio
alternativo y mediación de conflictos fueron fundamentales para el desarrollo
de estas competencias, lo que resalta la relevancia de integrar enfoques
lúdicos y colaborativos en el proceso formativo.
Finalmente, el desarrollo de las
habilidades para la relación empática fue igualmente significativo, con un
progreso destacado en el grupo experimental. Las estrategias de mediación
artística, mediador de conflicto y apadrinamiento lector jugaron un papel clave
en la mejora de la capacidad de los estudiantes para establecer relaciones
empáticas, lo que refuerza la importancia de promover valores como la
cooperación y el respeto en el ámbito educativo.
CONFLICTO DE
INTERESES. Los autores declaran que no existe conflicto de intereses
para la publicación del presente artículo científico.
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