Horizontes. Revista de Investigación en Ciencias de la Educación
https://doi.org/10.33996/revistahorizontes.v6i23.373
Abril-junio 2022
Volumen 6 / No. 23
ISSN: 2616-7964
ISSN-L: 2616-7964
pp. 733 – 743
Capacidad de producción de ensayos
argumentativos: una competencia para la formación de jóvenes
científico-investigadores
Argumentative essay writing skills: a
competence for the training of young scientists and researchers
A capacidade de produzir ensaios
argumentativos: uma competência para a formação de jovens investigadores-científicos
Marcela María Palencia Romero
marcela.palencia@unmsm.edu.pe
https://orcid.org/0000-0002-8132-4706
Unidad de Posgrado, Facultad de Educación, Universidad Nacional
Mayor de San Marcos. Sincelejo, Colombia
Artículo recibido el 26 de diciembre 2021, Aceptado el 21
de enero 2022, Publicado el 30 de junio 2022
RESUMEN
La
capacidad de producción de ensayos argumentativos encierra las habilidades de
un estudiante para construir un texto con un punto de vista fundamentado y bien
escrito. Es la base para escribir tesis y artículos que permitirán su inserción
en el mundo científico. Resulta imperativo conocer las dificultades con
relación a la producción de ensayos argumentativos, determinando cómo
fortalecerlas para realizar mejores procesos de redacción universitaria. Se
pretende demostrar que la escritura es el medio para elevar el nivel de
producción científica, quien más escribe tiene más posibilidades de difundir su
conocimiento. La metodología estuvo basada en una revisión bibliográfica a
inicios del año 2021, analizando 179 artículos asociados de las bases de datos
de Scopus, Redalyc y Scielo. Como resultado general todo estudiante debe manejar
las competencias relacionadas con la producción de ensayos argumentativos ya
que esta le permite convertirse en un profesional investigativo, líder,
proactivo y con conocimiento científico.
Palabras
clave: Ensayos
argumentativos; Escritura académica; Mundo laboral; Conocimiento científico;
Investigación
ABSTRACT
The ability to
produce argumentative essays encompasses the skills of a student to construct a
text with a well-founded and well-written point of view. It is the basis for
writing theses and articles that will allow their insertion in the scientific
world. It is imperative to know the difficulties related to the production of
argumentative essays, determining how to strengthen them to perform better
processes of university writing. It is intended to demonstrate that writing is
the means to raise the level of scientific production; those who write more are
more likely to disseminate their knowledge. The methodology was based on a
bibliographic review at the beginning of the year 2021, analyzing 179
associated articles from the Scopus, Redalyc and Scielo databases. As a general result, all students should
manage the competencies related to the production of argumentative essays,
since this allows them to become a research professional, leader, proactive and
with scientific knowledge.
Key words: Argumentative essays;
Academic writing; Working world; Scientific knowledge;
Research
RESUMO
A capacidade de
produzir ensaios argumentativos encapsula as habilidades de um estudante para
construir um texto com um ponto de vista bem fundamentado e bem escrito. É a
base para escrever teses e artigos que permitirão sua inserção no mundo
científico. É imperativo conhecer as dificuldades em relação à produção de
ensaios argumentativos, determinando como fortalecê-los a fim de realizar
melhores processos de redação universitária. O objetivo é demonstrar que a
escrita é o meio de elevar o nível da produção científica e que aqueles que
escrevem mais são mais propensos a disseminar seus conhecimentos. A metodologia
foi baseada em uma revisão bibliográfica no início do ano 2021, analisando 179
artigos associados das bases de dados Scopus, Redalyc e Scielo. Como resultado
geral, todos os estudantes devem gerenciar as competências relacionadas à
produção de ensaios argumentativos, pois isto lhes permite tornar-se um
profissional pesquisador, líder, pró-ativo e
cientificamente conhecedor.
Palavras-chave: Ensaios
argumentativos; Escrita acadêmica; Mundo do trabalho; Conhecimento científico; Pesquisa
INTRODUCCIÓN
Escribir es el acto
cognitivo más complejo que existe porque involucra pensamiento, lenguaje e
interpretación de la realidad, así mismo, la argumentación es una habilidad que
exige un ejercicio profundo del pensamiento. En este orden de ideas, se asume
como un elemento de gran importancia la capacidad de producción de textos argumentativos,
entiéndase por texto argumentativo una de las formas discursivas más complejas,
no solo en su abordaje teórico, sino también en su dominio por parte de los
estudiantes en los diferentes niveles (Vallejos-Carrasco et al., 2021).
Tal como sucede con
otras tipologías textuales, el texto argumentativo se materializa en géneros
discursivos: artículos de opinión, artículos de crítica en la prensa, debates y
ensayos (Zambrano- Valencia, 2012). El ensayo, texto que nos enfoca, se
convierte en una solicitud frecuente de los docentes, una tarea habitual de los
estudiantes, dinamiza la actividad cognitiva de los estudiantes para que
vivencien el desarrollo de capacidades y habilidades investigativas, en la
perspectiva de que sean capaces de reconocer, explicar, comprender o
transformar los problemas de su realidad social o natural (Pacherres-Valladares,
2021).
En la educación media,
los estudiantes tienen un acercamiento al ensayo por lo menos desde tres vías.
En primer lugar, cuando en alguna asignatura ya sea de lenguaje, historia,
ciencias o de otra área curricular los alumnos deben redactar un ensayo como
una actividad o instrumento de evaluación donde sean capaces de evidenciar
determinados aprendizajes. En segundo lugar, cuando se trabaja el discurso
argumentativo, por ejemplo, al leer, analizar y producirlo como una secuencia
textual argumentativa (tesis, argumentos, conclusión) y, en tercer lugar, la
lectura de ensayos como parte del canon literario, donde se valora su
conformación estética y cultural, para luego producir estos textos con
intención literaria. De estos horizontes, se rescata el sentido del ensayo como
texto argumentativo, ya que, siguiendo la estrategia estructural para producir
textos, brinda las claves necesarias para que sea elaborado. Por lo tanto, es
un texto que se aborda pedagógicamente en el aula, según las orientaciones
curriculares y los énfasis que el docente opte otorgarles (Pastene-Labrín
et al., 2016).
Teniendo en cuenta lo
anteriormente expuesto y la ineludible necesidad que la población estudiantil
desarrolle habilidades escritoras, surge el siguiente interrogante ¿cuál es el
nivel de producción de textos de los estudiantes educación secundaria y
universitaria?
Un factor que preocupa
desde hace muchos años a docentes e investigadores es la escritura académica.
Cada vez más voces señalan que los estudiantes universitarios tienen
dificultades para producir los textos que los docentes les solicitan
(Romero-González y Álvarez-Álvarez, 2020). Según Ñañez-Silva
y Lucas-Valdez (2017) los estudiantes avanzan al nivel superior sin las
competencias de escritura requeridas que les permitan continuar con su
formación, en otras palabras, la mayoría de estudiantes que llegan a la
universidad, en mayor o menor grado, no han logrado aprender los fundamentos
básicos de la redacción académica. Es una situación problemática que aqueja a
la población juvenil en edades entre los 14 y 21 años. Según Boillos-Pereira y Bereziartua-Etxeberria
(2020) algunos estudiantes arrastran carencias de etapas educativas anteriores.
Ñañez-Silva y Lucas-Valdez (2017) afirman que existe
una gran brecha entre el nivel de redacción del egresado de educación básica
regular con el ideal de los ingresantes universitarios.
¿Cuáles son las
principales dificultades de la población con respecto a esta situación? se
puede afirmar, que la producción escrita es más difícil que la compresión
lectora (Da Cunha y Montané,
2019). Muchos escritores carecen de conocimientos previos sobre los recursos
escriturales mínimos necesarios para elaborar escritos académicos (Rodríguez-
Hernández y García-Valero, 2015). Rey-Castillo y Gómez-Zermeño (2021) develan
que las dificultades más comunes a las que se enfrentan los estudiantes
universitarios radican en la construcción interna de los párrafos; por
desequilibrio en su extensión, por la poca delimitación entre oraciones y por
dificultades en signos de puntuación que no permiten establecer claramente el
final de una oración y el inicio de otra. Ñañez-Silva
y Lucas-Valdez (2017) manifiestan que la carencia de un repertorio
terminológico es lo que limita al estudiante universitario poder expresar a
través de sus redacciones, sus ideas. Rodríguez- Hernández y García-Valero
(2015) sitúan las deficiencias de escritura en tres momentos: antes, durante y
después de la escritura. De igual forma, se atribuyen dificultades en el uso de
signos de puntuación, uso de deícticos catafóricos y
anafóricos, uso de conectores y marcadores textuales (Rey- Castillo y
Gómez-Zermeño, 2021).
¿Cómo es posible
subsanar estas dificultades? dominar la producción de diversos tipos de textos
se convierte en una herramienta estratégica para el aprendizaje (Pastene-Labrín, 2021) y a su vez, integra un eje
fundamental de todas las asignaturas que conforman los planes de estudio de las
diferentes carreras profesionales (Ñañez- Silva y
Lucas-Valdez, 2017). Escribir un ensayo argumentativo requiere un conjunto de
habilidades complejas para así manifestar un punto de vista bien fundamentado,
bien escrito y responsable respecto a una idea o tema, misma que motiva la
reflexión y la emisión de juicios que comprometen a su autor en la búsqueda,
desde su experiencia; lo impulsan a formular preguntas que lo llevan a
relacionar sus ideas con las que están disponibles en las fuentes, a encontrar
vínculos entre lo que ya sabe y lo que necesita saber, a crear nuevas
relaciones entre los datos disponibles, su contexto y propósito.
La producción de textos
académicos es una actividad que contribuye a la divulgación y validación de los
resultados o hallazgos de investigaciones entre una comunidad científica
(Rodríguez-Hernández y García-Valero, 2015). El resultado científico es real
cuando se da a conocer y se pone al servicio de la ciencia (Ricardo-Zaldívar,
2021). Publicar artículos científicos desde el pregrado permite culminar el
proceso de investigación, genera criterio científico y desarrolla el hábito y
la cultura investigativa (Castro-Rodríguez, 2019). De igual forma, la
publicación científica desde el pregrado constituye una fortaleza por cuanto se
observa, que los estudiantes que publican en revistas científicas llegan a
tener un mayor número de publicaciones y de mayor impacto, durante su etapa
profesional (Corrales-Reyes y Dorta-Contreras, 2019),
por esta razón, dentro del plan curricular la competencia del desarrollo
científico e investigación debe ser parte del aprendizaje y desarrollo
profesional (Castro- Rodríguez, 2019). Todo profesional necesita la redacción y
toda carrera exige su adecuado uso (Ñañez-Silva y
Lucas-Valdez, 2017).
MÉTODO
En la construcción del
presente estudio se realizó una revisión bibliográfica detallada, utilizando
estrategias de búsqueda exhaustiva y encontrar literatura de carácter académico
y científico. El principal criterio de selección fue la identiifcación
de palabras clave asociadas al tema de estudio: ensayos argumentativos,
escritura académica, argumentación, redacción, dificultades en la producción de
textos, investigación univeristaria, artículos
científicos, publicacion de artículos. La
recopilación de la información se dio durante todo el año 2021, se analizaron
153 artículos con contenido de interés de estudios asociados teniendo como
referente la base de datos de Scopus, Redalyc y Scielo con referencias
que datan desde el año 2012 hasta 2021, privilegiando los últimos tres años,
referencias anteriores a 2011 fueron descartadas con el fin de darle rigor al
artículo. Se tomó como rsoporte un artículo de 2004
de Paula Carlino.
Se escogieron como
soporte 29 artículos, seleccionado a partir de los siguientes criterios:
pertinencia de la variable, fiabilidad de la información, validez de los
resultados y vigencia. El material recopilado se registró en Mendeley, gestor de referencia, el cual permitió la
organización de los documentos, su sitematización y
la determinación de la bibliografía. Se desarrolló un trabajo de búsqueda de
fuentes confiables que respaldaron el presente artículo de revisión bajo la
triangulación, contrastación y comparación de la información.
DESARROLLO
Y DISCUSIÓN
Una mirada a los ensayos
argumentativos: realidades y retos
Una de las tipologías
textuales son los textos argumentativos, los cuales tienen como característica
principal la persuasión de una idea u opinión, así como la refutación de una
contraria. A diferencia de los otros tipos de textos permiten defender una idea
y desarrollan el juicio crítico del autor. Dentro de estos se hacen presentes
los ensayos. Todo ensayo supone una posición con respecto a una idea o tema,
misma que motiva la reflexión y la emisión de juicios que comprometen a su
autor en la búsqueda, desde su experiencia; lo impulsan a formular preguntas
que lo llevan a relacionar sus ideas con las que están disponibles en las
fuentes, a encontrar vínculos entre lo que ya sabe y lo que necesita saber, a
crear nuevas relaciones entre los datos disponibles, su contexto y propósito
(Angulo-Marcial, 2013). La construcción de un ensayo permite el análisis de un
tema, un personaje o un fenómeno desde el punto de vista personal. Se
constituye en el texto donde el autor defiende una postura reflexiva, requiere
rigor y búsqueda bibliográfica, de allí su articulación con los procesos
investigativos.
El ensayo dinamiza la
actividad cognitiva de los estudiantes para que vivencien el desarrollo de
capacidades y habilidades investigativas, en la perspectiva de que sean capaces
de reconocer, explicar, comprender o transformar los problemas de su realidad
social o natural (Pacherres-Valladares, 2021). En el
ámbito universitario el ensayo es ampliamente utilizado por los docentes, es el
texto que más se trabaja para dinamizar el desarrollo de capacidades cognitivas
en los estudiantes y, en especial, para promover capacidades crítico-reflexivas
y argumentativas; su elaboración favorece positivamente las habilidades de
escritura argumentativa.
Producir textos
académicos escritos es una de las primeras tareas a las que se enfrenta el a lumnado una vez accede a la universidad (Boillos-Pereira y Bereziartua-Etxeberria,
2020). Es preciso anotar que en el ámbito universitario existe la creencia de
que los estudiantes que ingresan no cuentan con las competencias suficientes
para enfrentar la escritura de distintos tipos de textos (Vine-Jara, 2020). Carlino (2004) ha identificado cuatro problemáticas que
afectan directamente el proceso de escritura de los universitarios y que no
están relacionadas con etapas anteriores, se trata de (1) la dificultad para
escribir teniendo en cuenta el lector al que se dirige el texto; (2) el
desaprovechamiento del potencial epistémico que tiene la escritura (la
situación retórica de composición); (3) la tendencia a revisar los aspectos
superficiales del texto y no a modificar las ideas, y (4) la postergación del
momento del inicio de la escritura.
Las dos primeras
dificultades están referidas a la audiencia, se debe escribir para el lector de
tal forma que se sienta atrapado por el texto, insta a anticipar los rasgos del
destinatario y analizar qué se quiere lograr con el escrito, por ello, el
proceso de redacción parte de una necesidad, que requiere un propósito y un
destinatario visualizado desde el momento que se decide plasmar en escrito las
ideas (Ñañez-Silva y Lucas-Valdez, 2017). Otra
dificultad es la revisión superficial del texto. Se propende a revisar desde
una mirada general, de forma lineal, centrándose en modificar palabras o
frases, aspectos locales y poco sustantivos. Los estudiantes encaran la
revisión como una prueba de galera, pero no como un instrumento para volver a
pensar un tema y aunque revisen sus textos, solo modifican aspectos de
superficie omitiendo indicadores importantes que hacen parte del proceso de
edición (Carlino, 2004). Por último, la postergación
del momento para escribir, la cual puede ser muestra de inseguridad,
desconocimiento del tema, pocas perspectivas desde las cuales producir su texto
o simplemente desinterés. Todas estas deficiencias y la carencia de espacios
donde se pueda reflexionar y apropiarse de habilidades escriturales pueden
provocar en los estudiantes universitarios el abandono de la carrera,
(Carrera-Calderón et al., 2019), además, la falta de dominio en estas
habilidades constituye una de las principales causas de reprobación, retraso y
deserción de los estudiantes (Meza et al., 2021).
Es imperativo que en los
estudios superiores se enseñe a escribir (Vine-Jara, 2020). Se ha insistido
repetidamente en la necesidad de enseñar la escritura a los estudiantes
universitarios en el contexto de las disciplinas (Romero-González y
Álvarez-Álvarez, 2020), principalmente textos de carácter formal como ensayos y
todo tipo de informe. Desde el contexto académico, exige un elevado nivel de
procesamiento cognitivo, pues el alumno debe ser capaz de autorregular su
aprendizaje (Vine- Jara, 2020) Es un reto que el estudiante utilice la
escritura de forma consciente y autodirigida hacia
objetivos definidos y como el medio perfecto para el desarrollo intelectual.
Escribir es la herramienta con la que mostrarán los conocimientos aprendidos y
el medio por el que serán evaluados (Boillos- Pereira
y Bereziartua-Etxeberria, 2020). El desafío está en
aprender a materializar las ideas y alcanzar un mayor nivel de reflexión que
conduzca a transformar el conocimiento (Romero-González y Álvarez-Álvarez,
2020). Se debe motivar e invitar a reflexionar al redactor, que al igual que un
arquitecto necesita de un plano para plasmar sus ideas, del mismo modo, el
redactor requiere de un bosquejo que permita plasmar sus representaciones
maravillosas, creativas y originales (Ñañez-Silva y
Lucas-Valdez, 2017).
Producir un texto académico
no es trasladar unas ideas de manera automática, sino poner en marcha diversas
estrategias cognitivas que también requieren de formación y entrenamiento (Boillos- Pereira y Bereziartua-Etxeberria,
2020), por lo tanto, no se trata de enfatizar solo en asuntos gramaticales, el
proceso requiere enlazarlos con otros elementos (Moreno-Fontalvo,
2020). Es necesario que al redactar puedan seguir la progresión temática, y que
al unir sus ideas puedan hilvanarlas con tal propiedad y claridad que los
receptores sean capaces de entender y captar la información que quieren
transmitir (Ñañez-Silva y Lucas-Valdez, 2017). El
reto de cada escritor es mostrar un mensaje claro y conciso, que no dé lugar a
ambigüedades e imprecisiones. Se requiere conocer el código escrito, las normas
establecidas que dan cuenta de ortografía, sintaxis, coherencia y cohesión,
además del empleo de habilidades cognitivas y la interacción sociocultural
(Moreno-Fontalvo, 2020).
En el ámbito
universitario la redacción se ha reafirmado como un hecho esencial para el
cumplimiento de objetivos trazados por las diferentes asignaturas, los mismos
que perfilan el futuro profesional del estudiante (Ñañez-Silva
y Lucas-Valdez, 2017). El propósito es que cada sujeto se desenvuelva de forma
efectiva y eficaz en su contexto comunicativo. Esta necesidad de formar a los
estudiantes en escritura académica pone el acento en que sean capaces de
producir con eficacia el trabajo final de grado con el que culminan su etapa
formativa (Romero-González y Álvarez-Álvarez, 2020) y puedan en determinado
plazo ser parte de una comunidad que comparta hallazgos y propuestas de
investigación.
Herramientas
metodológicas para la producción de ensayos argumentativos
Para producir distintos
géneros discursivos, los estudiantes deben aprender a utilizar el lenguaje
(Figueroa et al., 2019). Este aprendizaje no es sencillo, se concentran
variados elementos que apuestan por un uso del lenguaje adecuado, óptimo,
preciso y eficaz. Durante el proceso escritor se deben conjugar distintas
operaciones, tales como planificar ideas, generar textos y revisarlos (Pastene-Labrín, 2021). Expuesto por Ñañez-Silva
y Lucas-Valdez (2017) son tres subprocesos (pensar el texto, generar ideas,
anticipar quién va a leerlo), transcripción/traducción (primera aproximación al
texto definitivo, poner las ideas en el papel) y revisión/edición
(perfeccionamiento sucesivo de la primera versión), teniendo claro que las
estrategias a utilizar en la redacción se deben establecer desde su
planificación, de ahí la importancia del uso de las técnicas de generación de
ideas. Una estrategia clásica en este punto es la lluvia de ideas, la cual
permite indagar conocimientos previos, desarrollar la creatividad y favorecer
la construcción de nuevos conocimientos. Todo proceso parte de la generación de
ideas, saber qué se va escribir e incluye una actividad no lineal, por lo que
el escritor puede volver sobre sus ideas, evaluarlas o agregar otras
(Vine-Jara, 2020).
La preparación del
manuscrito debe atenderse en cuatro apartados. En primer lugar es necesario
definir un plan de escritura, considerando el tiempo y los recursos
disponibles; después definir la etapa inicial de preparación, es decir, cómo
iniciar el escrito; atender los procedimientos de edición y, por último, llevar
a cabo la revisión final (López-Leyva, 2013). Una etapa importante del proceso
de redacción es la revisión textual, la cual puede llevarse a cabo en dos
niveles: local y global (Rodríguez-Hernández y García-Valero, 2015). En la
línea de desmitificar la inspiración y la genialidad asociadas a los textos, se
puede decir que un buen texto no se escribe en el primer intento: es el
resultado de múltiples intentos y revisiones (Follari,
2017). Esta revisión permite evitar las repeticiones, los errores sintácticos,
los errores ortográficos, los cambios de letras, entre otros aspectos que se
pasan inadvertidos durante la lectura viciada (Ricardo-Zaldívar, 2021).
En todo texto académico
se espera el dominio de las categorías gramaticales según el rol que desempeñan
en el lugar que ocupan de la oración (género, número, persona, tiempo, aspecto,
modo, derivación y composición), la corrección en las relaciones que se
establecen entre unidades léxicas para formar sintagmas y la creación de
enunciados, oraciones y conjuntos complejos y se exige un uso especializado de
la puntuación para que no se desvanezca el propósito comunicativo
(Romero-González y Álvarez-Álvarez, 2020). Es esencial que manejen dentro de
sus habilidades recursos gramaticales y ortográficos que apoyen y sustenten una
gramática adecuada y la garantía de una microestructura que permita entender
esa conformación mayor denominada macroestructura (Ñañez-Silva y Lucas-Valdez, 2017). La ortografía tiene una
dimensión social en el sentido en que contribuye a perpetuar el lenguaje y, con
esto, la efectividad de la comunicación; y una dimensión cultural al distinguir
los usos del lenguaje en cada ámbito (Romero-González y Álvarez-Álvarez, 2020).
Otro aspecto importante
que ayuda a enriquecer el trabajo es el soporte bibliográfico. Para escribir
hay que tener ideas claras y estructuradas, por lo tanto, es necesario
documentarse para hablar con propiedad de la temática en estudio, en este
sentido, la documentación se convierte en uno de los elementos principales en
el proceso de escritura (Rey-Castillo y Gómez-Zermeño, 2021). Es importante
seleccionar las fuentes adecuadas y aprender a citar antes de empezar a
escribir y hacerlo bien desde el principio (Follari,
2017). No se pueden copiar ideas de autores y presentarlas como si fuesen
propias, si esto pasa se denomina plagio. En la actualidad, una de las formas
más comunes de plagio es a través de parafrasear en forma inadecuada faltando a
los principios de la ética científica (López-Leyva, 2013). Hay quienes siguen y
basan sus textos en experiencias, luego colocan alguna cita que están
relacionada y luego cierran, o más bien saturan de citas que no tienen mucho
que ver (Rey-Castillo y Gómez-Zermeño, 2021). Lo ideal sería atender a un
criterio de originalidad, aunque escribir seria y honestamente requiere más
tiempo y esfuerzo (Follari, 2017). Por lo tanto, la
recomendación es que, si se requiere tomar una idea de un autor, lo importante
es copiar lo sustancial y citar a determinado autor según el conjunto de normas
y reglas para la elaboración y presentación de trabajos académicos.
Realidad investigativa
La investigación es un
medio para el progreso de la comunidad y soporte para la transferencia social
del conocimiento y constituye una función esencial de las universidades
(Siso-Calvo et al., 2018). La investigación científica es un factor importante
en el desarrollo social y económico de un país, es uno de los principales
elementos que inciden en la capacidad para mejorar las condiciones de vida de
las sociedades (Barrutia-Barreto et al., 2019). En el
contexto universitario actual, la formación en investigación educativa es
básica y precaria (Perines, 2020).
Para muchzs académicos y estudiantes que realizan actividades de
investigación, escribir un artículo y alcanzar su publicación puede representar
un reto, ya que en su formación profesional la mayoría no recibe instrucción
explícita o apoyo pedagógico sobre cómo escribir un artículo científico
(Márquez-Guzmán y Gómez-Zermeño, 2018). La percepción del estudiante es que no
recibe la suficiente formación para concretar la publicación de su
investigación, o cuando la recibe, esta es insuficiente (Castro-Rodríguez,
2019). Estudios realizados en países latinoamericanos como: Colombia, Perú,
Chile y Cuba informan que, a pesar de que los estudiantes están motivados para
realizar investigaciones, son pocos los que llegan a presentar sus trabajos en
congresos o publicarlos en revistas indexadas (Corrales-Reyes y Dorta-Contreras, 2019). De manera general la producción
científica estudiantil es escasa; se reportan frecuencias del 11% en Colombia,
10% en Chile y 10% en Perú (Castro-Rodríguez, 2019). Son diversos los estudios
que coinciden con el deficiente nivel de logro en las competencias investigativas
de los estudiantes. En Cajicá (Colombia), se
evidenció que los estudiantes tienen dificultad en la competencia
investigativa; en el planteamiento de preguntas e hipótesis, en la
argumentación de resultados; en Venezuela, se determinó que los estudiantes no
tienen motivación para investigar, no desarrollan la noción de cómo y dónde
hacer investigación; no conocen el método científico, ni la manera adecuada de
redactar informes o trabajos sencillos (Pacherres-Valladares,
2021).
El recinto universitario
es uno de los lugares predilectos para fomentar y desarrollar la investigación,
incluyendo dentro de sus diseños curriculares, contenidos programáticos a fin
de que sea la nueva generación la que contribuya con el desarrollo sostenible
del país (Barrutia- Barreto et al., 2019). Esto ha
posibilitado que exista un fuerte movimiento en la educación superior para
aumentar la experiencia de investigación de los estudiantes y contribuir así a
una formación investigativa (Perines, 2020). En la
actualidad, la difusión del conocimiento científico generado a través de las
actividades de investigación es una de las tareas centrales de los
profesores-investigadores (Márquez-Guzmán y Gómez-Zermeño, 2018). Gran parte de
las opiniones mencionan la importancia de que las universidades realicen
acciones concretas, como, por ejemplo, contratar de manera estable a buenos
docentes-investigadores y por sobre todo capacitar y actualizar a los
académicos en temas de investigación educativa (Perines,
2020).
De la redacción a la divulgación
La escritura académica
representa la forma de divulgación del saber. Es una práctica habitual entre la
comunidad científica (Rodríguez-Hernández y García-Valero, 2015). Mucha de la
producción científica se materializa en textos escritos y el escribir se
convierte en un compromiso ineludible para el investigador y el científico
(Ramírez-Botero, 2019). Si el resultado no se publica, la investigación se
considera aún en proceso (Ricardo-Zaldívar, 2021), de hecho, la actividad de
investigación solo puede decirse que se convierte en ciencia cuando sus
resultados son comunicados y evaluados mediante las publicaciones
(Carrasco-Altamirano y Kent-Serna, 2011).
La redacción y
publicación de artículos científicos puede clasificarse como una habilidad investigativa
(Ricardo-Zaldívar, 2021), lamentablemente, la cultura general que existe es
oral pues se leen los artículos científicos y se habla de la importancia de la
lectura crítica pero no se escriben ni se les enseña a escribir a los
estudiantes de manera general (Corrales-Reyes y Dorta-
Contreras, 2019). Es necesario que el investigador adquiera y desarrolle
habilidades y destrezas antes de intentar redactar y publicar el resultado de
su investigación (Ricardo-Zaldívar, 2021).
El intento por
integrarse a una comunidad académica a través de la comunicación de propuestas
o hallazgos de investigación exige construir textos cohesivos, coherentes,
adecuados y originales para difundir sus aportaciones (Rodríguez-Hernández y
García-Valero, 2015). Una base es la producción de ensayos argumentativos, para
luego producir textos de más carácter científico. Un artículo científico bien
estructurado constituye el centro de la tarea académica y, por tanto, eslabona
el quehacer de una comunidad científica (López-Leyva, 2013).
El paso final de toda
investigación consiste en la publicación de sus resultados en una revista
(Corrales-Reyes y Dorta-Contreras, 2019). El éxito de
la publicación se logra cuando se posee conocimiento de las estructuras
convencionales de los documentos científicos, según los estándares previstos
para la divulgación científica a nivel mundial (Ricardo-Zaldívar, 2021). El
éxito de la publicación depende del objetivo propuesto, el contenido, su
antecedente, su importancia, conocer el receptor y las normas de la revista o
evento (Ricardo-Zaldívar, 2021).
CONCLUSIÓN
En el ámbito
universitario la redacción se ha reafirmado como un hecho esencial, en este
sentido se considera imperativo que cada estudiante domine los requerimientos
básicos de la escritura, los cuales reposarán en la condensación de textos
claros, coherentes y estructurados. El texto académico debe cumplir estas
condiciones para facilitar su lectura y comprensión, por lo tanto, se plantean
actividades asociadas al acto de escribir en sí, marcadas desde la
planificación, textualización y la revisión. Esto
significa saber qué se va a escribir, escribirlo y reescribirlo.
Los estudiantes
universitarios son individuos activos y conscientes de su propio proceso de
aprendizaje. Se hace necesario que asuman el reto de materializar sus ideas y
plasmarlas en un papel. Este proceso se realiza de forma holística; integrando
habilidades cognitivas, fundamentos epistémicos, códigos de escritura y
aspectos formales de la lengua. Durante la etapa de la educación superior, se
propende a la adquisición de competencias para la comprensión y producción de
ensayos argumentativos, que al final le permita al estudiantado la construcción
final de su trabajo de grado.
A través de la escritura también se busca compartir y socializar
el conocimiento, es importante multiplicar el número de personas que deseen
practicar la investigación científica y expresar a través de líneas un saber
adquirido. El texto escrito se constituye en ese instrumento de conocimiento,
que contribuye a la divulgación y validación de los resultados o hallazgos de
investigaciones entre una comunidad científica, logrando así la divulgación del
saber y la posibilidad del conocimiento en masas.
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